24 Nov Trapos sucios del periodismo deportivo
Tontitas, sectarios, enchufados… ¿alguien da más?
Isabel Arroyo Sauces
Cuando era adolescente, tanto yo como mis amigos y conocidos del pueblo (y los que eran de todo menos amigos también) estudiábamos bajo la amenaza diaria de nuestros padres que decía: «Estudia, que si no, lo que hay es campo». Hoy día, en una actividad considerada esencial como es el periodismo, me pregunto dónde hay que firmar para, por lo menos, ganar con mi trabajo lo que cuesta un jornal del campo.
Toda la vida estudiando para luego vivir la experiencia de la precariedad laboral: ¿Te suena?
No es la primera vez que hablo en este blog de los trapos sucios del periodismo deportivo, pero conforme va pasando el tiempo, descubro más y más. Bueno, en realidad ya estaba todo cantado, lo que descubro cada día es la forma de poner estos trapos sucios en evidencia. Ahí van unos cuantos:
Si no tienes contactos, no puedes entrar en este gremio
Los buscadores de sangre piensan que si no has conseguido tus objetivos es porque no te has esforzado lo suficiente. Yo pasé una crisis económica que no se la deseo ni a los perros, pues no es plato de buen gusto haberte pasado toda la vida estudiando para acabar y cuando tienes que recibir recompensa, te sueltan que la vida es injusta y que está todo el mundo igual, que la culpa es de los de arriba. La culpa es de los de arriba sí, pero la que se come el marrón soy yo.
Puede que los culpables de que todo ande tan mal sean de los de arriba, pero al final, la que se come el marrón soy yo
Cuando la crisis dio un respiro, me fui a Madrid con una mano delante y otra detrás. Para escribir Anecdotario madridista, el madridismo como nunca te lo habían contado, correteé la capital de España con la única ayuda de Google Maps buscando medios que quisieran colaborar en esta aventura. Como spoiler de mi libro, diré que hay un capítulo titulado «Rupturas sentimentales vs. triplete culé» y, a diferencia de lo que muchos puedan creer, no trata de temas del corazón, sino de psicología deportiva. Sí que querría haber hecho un capítulo del corazón y de cómo la prensa selecciona en estos casos qué futbolistas son relevantes y cuáles no.
La gente se piensa que si eres periodista, la prensa del corazón te está esperando con los brazos abiertos
¿Por qué no lo hice? Porque fui en busca de tres revistas y las tres me dieron largas. Recuerdo antes de empezar la carrera cuando decía que quería ser periodista y los busca-sangre me preguntaban: «¿Para qué quieres ser periodista, para acabar en el corazón persiguiendo famosos?» Vamos, que se creen que en la prensa rosa están esperando a todos los periodistas del mundo con los brazos abiertos.
Si aparte de la colaboración, les hubiese pedido dinero y trabajo, ¿me habrían echado a los perros del señor Burns?
Otro capítulo que se me quedó en el tintero fue el de los toros en la prensa deportiva. He de decir que en uno de los dos periódicos a los que pedí colaboración me dieron una información súper interesante que jamás habría imaginado, pero como necesitaba complementarlo con la opinión del otro periódico y este me dio largas… Además, años después me dijeron tan ricamente que, en estos casos, ni se paran a escuchar. Por Dios, solo necesitaba unas preguntillas y a cambio, los mencionaría en los agradecimientos y les regalaría un ejemplar del libro. En ningún momento hablé ni de que me contrataran ni de dinero. Me imagino que si lo llego a hacer, me sueltan los perros del señor Burns de Los Simpsons seguro.
Retrocediendo atrás, cuando acabé la carrera, ideé un programa de fútbol y lo registré en la Academia de TV. Me pasé las mañanas enteras llamando a productoras y mandando el proyecto por correo electrónico. Las pocas que me respondieron rechazaron la propuesta alegando la crisis económica y que no había dinero.
Un profesor de un curso que había hecho me confesó que para trabajar como periodista deportiva no necesito un buen currículum, sino unos buenos contactos
Ya en Madrid, llamé a un profesor de un curso online que había hecho con anterioridad para presentarle este proyecto y, de paso, preguntarle qué estaba haciendo mal para haber trabajado tanto y no recibir recompensa ninguna. Entonces me confesó que para trabajar como periodista deportiva no necesito un buen currículum, sino unos buenos contactos. Eso también me lo dijeron en otro curso que hice posteriormente, aparte de insistirme en que la carrera no vale para nada, que en los medios de comunicación no se tiene en cuenta titulación ninguna. Debo decir que en aquel curso me lo pasé muy bien, pero por otra parte sentí una impotencia al descubrir que, como no tengas enchufe, ya puedas demostrar que sabes más que todos ellos juntos que no te quieren para trabajar…
¿Periodistas deportivas contratadas solamente por su físico?
Cualquier lector habitual de Ravelo ya sabe que en más de un artículo me he quejado de que las actuales periodistas deportivas sean mujeres florero. Porque sí, porque cuando ves que todas las periodistas deportivas que salen en televisión son pibonazos, es evidente que están ahí trabajando por su físico, pero hoy quiero ir más allá.
¿No había nadie en el casting de El Chiringuito con más sangre en las venas que Laura Gadea?
Cuando Laura Gadea era la voz del espectador en El Chiringuito, la gente se quejaba de que esta mujer no tenía ni idea de lo que hablaba y además, se estaba trabando cada dos por tres y eso que tenía que hablar poco. Laura Gadea pasó por un casting de más de 1.000 personas. Según contó una vez no sé a qué medio, ella es periodista, aunque nadie le pidió la titulación en ningún momento. Vale que para ese trabajo, el requisito principal fuera el físico, pero ¿de verdad no había ninguna otra muchacha mona en el casting con más sangre en las venas que ella?
No es la única. Cuando Lara Álvarez trabajaba en Marca TV… ¿por qué la escogieron a ella y no a otra? En el programa de Bertín Osborne confesó que se enteró del casting por un amigo y cuando fue allí, quiso ser honesta y confesó que no tenía ni idea de fútbol. Imagínate que necesitas un contable para tu empresa y viene un aspirante al puesto diciendo que no tiene ni idea de contabilidad: ¿lo contratarías solamente por su honestidad?
Si necesitas un contable para tu empresa y te llega uno diciendo que no tiene ni idea de contabilidad: ¿lo contratarías solamente por su honestidad?
Con este caso nos hierve la sangre a todos aquellos a los que nos gusta el fútbol de verdad y que llevamos muchos años luchando para hacernos un hueco en esta profesión. Estas cosas me hacen pensar que los jefazos no están buscando solo a una presentadora que tenga buen físico, sino también, que sea un poco tontita. ¿Que es evidente que no sirve para esto? Pues mejor.
Los sectarios de la prensa deportiva
El viernes pasado, salió publicada en la sección de literatura deportiva la reseña de Júrame que no fue un sueño, de Javier García Sánchez. Dentro de sus páginas y al margen del tema principal del libro, el autor catalán confiesa ser seguidor del Real Madrid. Además, cuenta la anécdota de una vez que colaboró con un medio deportivo afín al Barcelona que le censuró en un artículo la frase Noches mágicas en el Bernabéu porque, según la línea editorial del medio, en el Bernabéu nunca hay noches mágicas.
Para un periódico afín al Barcelona, no existen las noches mágicas en el Bernabéu
Esto me recuerda a algo que me pasó hace ya muchos años. Resulta que yo empecé más tarde de lo que me correspondía a estudiar Periodismo porque estuve un tiempo en la facultad de Traducción e Interpretación. Pues bien, si os dijera la cantidad de profesores que tuve que después de los exámenes me dijeron cosas tipo: «Que sepas que tú no has aprobado, que te he aprobado yo, pero no te lo mereces. Tienes un nivel bajísimo y deberías preocuparte […]». En resumidas cuentas, te provocaban un sentimiento de culpabilidad que te faltaba ir al cura a confesar que habías aprobado árabe, inglés o la asignatura de turno. Yo no era la única y, sinceramente, mientras aprobara, lo mismo me daba que me aprobaran por pena o por alegría. Sin embargo, tenía una amiga a la que el profesor le dijo que le había aprobado árabe por lástima y ella estaba muy rebelde consigo misma. Yo me pregunto: «De todas las asignaturas que teníamos a lo largo del curso, ¿de verdad no nos merecíamos aprobar ni una sola asignatura? ¿Tan mal lo estábamos haciendo?»
¿De verdad el Real Madrid no se ha merecido ganar nunca ni uno solo de los partidos que ha jugado a lo largo de su historia?
Pues aquí pasa lo mismo: De los 118 años de historia que tiene el Real Madrid, ¿de verdad no se ha merecido ganar ni un solo partido? ¿En serio jamás ha conseguido una victoria jugando bien? ¿Jugadores como Alfredo Di Stéfano, Zinedine Zidane o Cristiano Ronaldo tampoco eran para tanto?
El sectarismo es uno de los mayores trapos sucios del periodismo deportivo
Los que seguís Ravelo Deporte desde hace tiempo sabéis que yo soy del Real Madrid, pero al contario que los sectarios, no tengo ningún reparo en reconocer cuándo el rival ha jugado bien y mi equipo no, aparte de reconocer también la calidad de los jugadores rivales. De hecho, pienso que si me cegaran los colores, le estaría haciendo un flaco favor a mi equipo y como periodista, perdería toda mi credibilidad.
Si me cegaran los colores, le estaría haciendo un flaco favor a mi equipo y perdería toda mi credibilidad
Recuerdo cuando estudiaba Periodismo que un profesor nos dijo: «Soy un enamorado de mi profesión a la vez que mi profesión es una mierda«. Por experiencia, no podría estar más de acuerdo. Es maravilloso poder informar de todos los acontecimientos del deporte y de sus protagonistas, pero los trapos sucios de esta profesión empañan todo lo que tiene de bonito. Volviendo a las frases de mi profesor, también nos dijo: «En vuestras manos está cambiarlo». Ravelo trabaja para eso.
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