26 Mar Sentir los colores con el fútbol y los santos
Aunque parezca mentira, el fútbol y la Semana Santa también se dan la mano
Isabel Arroyo Sauces
En Andalucía, la Semana Santa es sagrada. Los lugareños preparan con toda su ilusión la gran fiesta de la Pasión durante todo el año. Hasta 2019, los devotos pensaban que lo peor que podía pasar era una Semana Santa pasada por agua, pero luego llegó el coronavirus y demostró que no. Sin embargo, no hay bicho que mate ni el espíritu cofrade ni el sentimiento por los colores de la hermandad. Y es que cuando se trata de sentir los colores, el fútbol y la Semana Santa se los pueden llegar a repartir a partes iguales.
Por tradición familiar, del Real Madrid y de San Juan
En la localidad cordobesa de Santaella, muchas familias saben lo que es sentir los colores no solo en el fútbol, sino también en el tema de Semana Santa. Cada santo se viste con unos colores y estos son considerados por los hermanos como una seña de identidad. En el caso del matrimonio formado por Juan y Conchi, al nacer sus hijos, Rafael y Agustín, no tendrían estos otro destino que vestir los colores rojo y verde, los de la hermandad de San Juan.
En Santaella (Córdoba) es tradición que cuando nace un bebé, los padres lo apunten a la hermandad de Semana Santa de la que ellos son miembros
Además, ambos hijos heredarían los colores futboleros de su padre, es decir, los del Real Madrid. Una vez ya son mayores de edad, Rafael reconoce ser más cofrade que madridista, pero Agustín, aparte de sentir devoción por San Juan, sigue disfrutando cada vez que una pelota echa a andar en el terreno de juego. Aún así, este último reconoce que su manera de sentir el fútbol ha cambiado desde pequeño hasta ahora. «Yo cuando era niño, era más aferrado. Cuando el Madrid perdía, lloraba o no comía, pero cuando vas creciendo, entiendes que unas veces gana y otras pierde«, reconoce.
Agustín Jiménez: «Cuando era niño y el Madrid perdía, lloraba o no comía»
En cuanto a ser de San Juan, Rafael reconoce que lo es desde que nació, igual que su hermano Agustín. Ambos iban de pequeños vestidos de nazarenos de la mano de su padre. Ya con ocho años, Agustín se apuntó a la banda: ¿Qué diferencia hay entre acompañar al santo como nazareno y acompañarlo como músico? En palabras del pequeño de los hermanos Jiménez Márquez, la banda va todo el rato detrás del paso mientras que los nazarenos, especialmente si son niños, van muy por delante y lo tienen más lejos. Rafael lleva siendo costalero desde los 15 años (ahora tiene 25). Hasta los 18, estuvo sosteniendo a San Juan en el Santo Entierro y a partir de los 18, en la procesión de día, desde las cinco de la madrugada hasta su encierro en la sobremesa. Agustín también ha probado ser costalero, pero solo una vez en su vida ya que la segunda vez que iba a repetir experiencia, llegó el covid y se cancelaron todas las procesiones.
Para sentir los colores en Semana Santa, existen tres experiencias: nazareno, músico de la banda y costalero
Rafael reconoce vivir la pasión por la Semana Santa al máximo, pues es el momento que más le gusta del año. En su caso, el mayor de los hermanos Jiménez Márquez tiene en su casa varios objetos en rojo y verde de San Juan que delatan que allí vive un miembro de la hermandad. Sin embargo, su forma de sentir los colores va mucho más allá, pues igual que los más fanáticos madridistas aficionados también a los tatuajes llevan en su piel un escudo del Real Madrid, Rafael lleva tatuado a San Juan en el antebrazo izquierdo. Por otra parte, como también es rociero, tiene un tatuaje en la parte superior del brazo derecho de la Virgen del Rocío.
Rafael tiene tatuado a San Juan en el brazo izquierdo y a la Virgen del Rocío, en el derecho
Al igual que San Juan tiene sus colores, los demás pasos también tienen los suyos. Por ejemplo, de los santos que acompañan al amigo más fiel del Señor el Viernes Santo, Jesús Nazareno lleva el color morado; María Magdalena, el amarillo y el azul; el Santo Rostro de Verónica, el azul marino y el granate y la Virgen de la Soledad, el negro y el blanco. Sentir los colores significa tener piques, también entre las hermandades. Y es que a pesar de que la función de todas las procesiones consiste en cumplir la estación de penitencia, a veces, esa rivalidad puede llegar a recordar a la que existe en el fútbol entre los distintos equipos.
Los piques entre hermandades recuerdan a la rivalidad que existe entre los distintos equipos de fútbol
Pero si hay algo en lo que están de acuerdo todos los aficionados al fútbol por muy rivales que sean es en las ganas que tienen todos de llenar los estadios de público para arropar al equipo, ya sea para hacerle la ola cuando juega un partidazo o para sacarle una pañolada cuando hace un partido de pena.
Para sentir los colores y acompañar al santo, hay que vestirse de nazareno en Semana Santa incluso sin procesión
No es lo mismo el fútbol sin sus aficionados en las gradas, pero aunque sea a puerta cerrada, el fútbol continúa. Menos suerte tienen los cofrades, pues 2021 es ya el segundo año en el que no pueden sacar sus procesiones a la calle. No obstante, la familia Jiménez Márquez fue una de tantas en Santaella que pasó el Jueves Santo a la hora en la que debió salir el desfile vestida de nazareno el año pasado mientras estaba confinada. «Es como que te falta acompañar al santo y quieres vestirte por consuelo», afirma Agustín. Es su forma de sentir los colores rojo y verde, una forma similar de sentir los colores del Real Madrid como así demuestra con su forma de decorar la habitación: todo un santuario del conjunto merengue. Porque fútbol y Semana Santa guardan más relación de lo que parece. Porque sentir los colores tiene su parte terrenal, pero también tiene su parte divina.
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