26 May Lydia Valentín merece una medalla en Tokio y además, celebrarla como Dios manda

Isabel Arroyo Sauces

La revolución femenina del deporte español es más que conocida. Ellas se lo han ganado a base de talento y esfuerzo y sus nombres son ya tan conocidos que no necesitan presentación: Carolina Marín, Mireia Belmonte, Ona Carbonell, Ruth Beitia, Garbiñe Muguruza… y cómo no, Lydia Valentín. Esta última comenzó a ser conocida a partir de Río 2016, donde decían por ahí que había una haltera española que había ganado previamente medallas tanto en Europeos como en Mundiales y que estaba más que preparada para subir al podio. Finalmente, consiguió su objetivo y el mundo se rindió a sus pies. Bonita historia sí, pero por justicia, dicho reconocimiento debió haberle llegado mucho antes.

Víctima del dopaje

La halterofilia española le debe mucho a Lydia Valentín. Cualquier aficionado al deporte sabe que la haltera de Ponferrada (León) es triple medallista olímpica: plata en Pekín 2008, oro en Londres 2012 y bronce en Río 2016. Sin embargo, el dopaje le ha robado unos momentos que nunca volverán.

De tres medallas olímpicas que tiene Lydia Valentín, el dopaje le ha robado en dos ocasiones el privilegio de subir al podio

España trajo 17 medallas de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El número de metales está entre los habituales que suele conseguir la delegación española. Lo que más llamó la atención es que por primera vez en la historia, las mujeres superaron a los hombres en el número de preseas. Allí conocieron la gloria Mireia Belmonte, Maialen Chourraut, Marina Alabau, las Guerreras, las Guerreras del agua, Maider Unda, Brigitte Yagüe, las Sirenas y las Chiquitas Team. Sin embargo, Lydia Valentín se tuvo que conformar con la cuarta plaza y quedarse a las puertas de escribir su nombre junto al de sus compañeras de delegación.

Tuvo que pasar el tiempo para descubrir que el podio de Londres en la categoría en la que participaba Lydia Valentín había dado positivo en los controles antidopaje, por lo que la berciana pasaría a ser campeona olímpica. A buena hora: ¿Y ahora quién le devuelve el momento de subir al podio en unos Juegos Olímpicos  y escuchar el Himno de España en su honor tal y como ella limpiamente se ha ganado?

Cuatro años después de Londres, la Federación Internacional de Halterofilia detectó los positivos del podio al completo

Y por si fuera poco, Lydia Valentín había quedado quinta en Pekín 2008, pero tres de las cuatro que acabaron por delante de ella también dieron positivo, así que se convirtió en subcampeona olímpica. Puede que cualquiera de nosotros esté pensando en lo que tiene que doler haberte ganado limpiamente una medalla en unos Juegos Olímpicos y que las tramposas te hayan quitado el premio de subir al podio en el momento, pero la cosa no queda ahí: ¿Y la de premios económicos que esta gentuza se han gastado sin que les correspondiera? Si yo fuera Lydia Valentín, las levantaba como si fueran la barra con discos y luego las dejaba caer (o llamaba a mi admirada Anita Włodarczyk para que las cogiera por los pelos y las lanzara como si fuesen un martillo a 80 metros a la redonda).

Una celebración para Lydia Valentín como Dios manda

Si hay algo bueno que tiene esta historia es que creo que Lydia Valentín tiene tanto en España como a nivel mundial el reconocimiento que se merece. Gracias a ella sabemos lo que es la halterofilia y la admiramos porque es el ejemplo de cómo ser una atleta limpia.

A pesar de los momentos que le robaron las tramposas, Lydia Valentín cuenta con el respeto y la admiración de todo el mundo

Aún así, Lydia Valentín se merece triunfar en Tokio. Ya no pueden robarle más momentos a la leonesa y no se puede retirar de la competición sin proclamarse campeona olímpica escuchando el Himno de España en su honor. Me da mucha rabia que sancionaran a Alberto Contador privándolo de participar en los Juegos Olímpicos de Londres por una cantidad mísera, irrelevante y accidentada de clembuterol que él no ingirió intencionadamente y luego se colase ahí el trío lalala de las tramposas de la halterofilia.

Me da mucha rabia que sancionaran a Alberto Contador privándolo de participar en los Juegos Olímpicos de Londres y luego se colase ahí el trío lalala de las tramposas de la halterofilia

Tengo ganas de que lleguen los Juegos Olímpicos. En realidad, tengo ganas de que termine ya este maldito 2020 y lo borren del calendario. ¿Quién no? Tengo curiosidad por saber hasta qué punto les ha afectado a los deportistas en su rendimiento todo lo que hemos vivido y qué secuelas les dejará para el año que viene (espero que ninguna). Cualquier medalla de España me hará ilusión, pero sobre todo, si Lydia Valentín gana el oro, entenderé que por fin se ha hecho justicia divina. Como Dios manda.

@ravelodeporte