19 Nov Alberto Contador vs. Andreea Raducan: cómo salir por la puerta grande después de una implicación con el dopaje
Tanto Alberto Contador como Andreea Raducan fueron víctimas de errores que los llevaron a perder sus títulos, pero ganaron algo mucho más importante
Isabel Arroyo Sauces
Contra el dopaje, tolerancia cero. Es un mensaje de Estado y Ravelo lo apoyará siempre. No se pueden tolerar las trampas en el deporte. No se pueden tolerar casos como el de Lance Armstrong, un tramposo al que solo le importaba el protagonismo y el dinero y se rió de toda la afición ciclista mientras el mundo entero, engañado, creía que el corredor estadounidense era un héroe que ganó siete Tours después de haber superado un cáncer. Tampoco se pueden tolerar casos como el de Johann Mühlegg, que engañó a toda una afición española ilusionada con tener un nuevo héroe en el esquí mientras él se ponía hasta arriba de darbepoetina.
No se pueden tolerar casos como el de Lance Armstrong o el de Johann Mühlegg
Pero el dopaje no solo es una trampa prohibida para ganar una competición, sino que además, es un peligro que atenta contra la salud pública. Y es que como toda droga, pasa factura en el cuerpo y puede provocar la muerte de la persona que las consume. Razón de sobra para no tolerar el dopaje bajo ningún concepto.
Sin embargo, hay que saber qué es dopaje y qué no lo es. Hay que distinguir entre la cantidad que puede influir en el rendimiento de un deportista y la que no. Por otra parte, un médico que se dedica a tratar a deportistas profesionales tiene que tener claro qué medicamentos contienen sustancias prohibidas y cuáles no.
Hay que distinguir entre lo que es dopaje y lo que no lo es
Si no se distingue lo que es dopaje de lo que no lo es, probablemente pagarán el pato víctimas inocentes que han trabajado limpiamente durante toda su trayectoria deportiva y un error ajeno a ellos puede llevar a la desposesión de ese título por el que tanto tiempo han estado peleando. Ejemplo de ello son el ciclista español Alberto Contador y la gimnasta rumana Andreea Raducan. Ravelo hace un repaso de ambas historias para que no caigan en el olvido.
Andreea Raducan y un resfriado
A pesar de que en los últimos años no ha clasificado más que a gimnastas individuales para los Juegos Olímpicos, Rumanía ha sido tradicionalmente una de las mayores potencias de la gimnasia artística femenina. En Sídney 2000, este país contaba con el equipo más fuerte y dentro del equipo destacaba una gimnasta sobre todas las demás: Andreea Raducan. Nacida en la ciudad de Barlad el 30 de septiembre de 1983, Raducan contaba en aquel tiempo con 16 años y un cuerpo muy menudito. Era tan pequeña que casi podía hacer tres saltos seguidos en la barra de equilibrio y apenas doblar las piernas para pasar de una de las barras asimétricas a la otra.
En Sídney 2000, Andreea Raducan destacaba entre las demás gimnastas rumanas
Andreea Raducan ya había ganado el oro por equipos con Rumanía. Estaba preparada para ser la siguiente gimnasta en ganar el concurso individual olímpico tras la mítica Nadia Comaneci y lo ganó de forma extraordinaria. Sin embargo, Raducan solo pudo ser campeona olímpica durante tres días ya que dio positivo en un control antidopaje. ¿El motivo? Días antes, había estado resfriada y su médico le administró nurofen sin darse cuenta de que contenía pseudoefedrina, sustancia prohibida por el COI.
El médico que trató a Andreea Raducan de un resfriado le administró nurofen sin darse cuenta de que este contiene pseudoefedrina, sustancia prohibida por el COI
Incluso aquellos que desposeyeron a Raducan de su medalla eran consientes de la injusticia que estaban cometiendo, pues sabían perfectamente que la gimnasta rumana era una víctima inocente y que no se había dopado para mejorar su rendimiento. Sin embargo, tuvieron que atenerse a las reglas. Posteriormente, la pseudoefedrina fue eliminada de la lista de sustancias prohibidas.
Después de Sídney 2000, la pseudoefedrina fue eliminada de la lista de sustancias prohibidas
Andreea Raducan mantuvo la medalla de oro por equipos y la plata en salto. El título del concurso individual pasó a manos de su compatriota Simona Amanar.
El día en el que cumplía 17 años, Raducan y sus compañeras aterrizaron en Rumanía tras los Juegos Olímpicos de Sídney. Los rumanos nunca dejaron de creer en la inocencia de su mejor gimnasta y esta fue recibida como la verdadera campeona olímpica, como así se lo ganó. Fue el modo en el que sus compatriotas hicieron justicia con ella.
Alberto Contador y el chuletón contaminado
Alberto Contador es uno de los ciclistas más queridos de España. Y es que después de los cinco Tours consecutivos de Miguel Induráin, los aficionados estaban muy ilusionados con tener como compatriota a un corredor que tuviera en su palmarés las tres grandes vueltas: Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España.
La imagen de Alberto Contador llegando a la meta de la contrarreloj individual del Tour 2010 totalmente agotado dista mucho de la de los ciclistas dopados que suben la alta montaña sin despeinarse
En 2010, el corredor de Pinto había ganado ya dos Tours e iba a por el tercero. Su amigo y rival Andy Schleck no se lo iba a poner nada fácil. De hecho, en la última contrarreloj, los tiempos del español y del luxemburgués iban ajustadísimos y, como bien dijeron los comentaristas del Tour de Francia en RTVE, Carlos de Andrés y Perico Delgado, ambos consiguieron que los espectadores se quedaran sin siesta. Finalmente, la balanza se decantó de lado de un Alberto Contador que llegó a la meta completamente agotado y sin apenas poderse sostener en pie. Una imagen que dista mucho de los ciclistas que se dopan y suben la alta montaña sin despeinarse.
Poco después de que el pinteño se proclamara campeón del Tour de Francia, saltó la noticia: Alberto Contador da positivo en una prueba antidopaje por 50 picogramos de clembuterol. Para defender su inocencia, el corredor reconoció haber comido una carne que estaba contaminada, alegación que le sirvió para poco. Sin embargo, había muchos motivos para creerlo.
0’000000000050 gramos de clembuterol es una cantidad irrelevante para mejorar el rendimiento de un deportista
Para empezar, Alberto Contador dio positivo por 50 picogramos, es decir, 0’000000000050 gramos de clembuterol. Se trata de la billonésima parte del gramo, una cantidad irrelavante para mejorar el rendimiento de un deportista.
El abogado británico Mike Morgan ya había dejado su trabajo en el Tribunal de Arbitraje Deportivo cuando salió a la luz el caso Contador, pero aún así, salió a defender al ciclista madrileño. Y es que según Morgan, «el hecho de que se haya encontrado una dosis tan pequeña corrobora que procede de la carne. No puede entrar dentro de una cabeza usar una dosis tan pequeña. No tiene sentido doparte con una cantidad tan mínima, sería una locura».
Mike Morgan, ex miembro del TAS: «El hecho de que se haya encontrado una dosis tan pequeña corrobora que procede de la carne»
De nada sirvió que pensar que alguien pudiese usar una cantidad tan irrelevante de clembuterol para doparse rozara lo absurdo, por lo que Alberto Contador fue declarado culpable, desposeído del Tour 2010 y del Giro 2011 y sancionado para participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Una vez cumplida la sanción, Alberto Contador siguió sumando títulos a su palmarés: Vuelta 2012 y 2014 y Giro 2015, además de otras carreras más cortas. En cuanto al cariño por parte de la afición, el pinteño nunca lo perdió y donde quiera que iba, siempre era recibido entre aplausos por parte de los suyos.
Alberto Contador nunca perdió el cariño de la afición
En 2017, Contador anunciaba su retirada del ciclismo profesional después de la Vuelta. Como era de esperar, el madrileño esperaba colgar la bicicleta por todo lo alto, es decir, proclamándose campeón con el público de su ciudad como testigo. Sin embargo, la carrera se le complicó y el viento se decantó del lado del británico Chris Froome. Contador ni siquiera pudo hacer posición de podio, pero la afición en Madrid lo recibió como si él hubiese ganado la Vuelta. Es más, el español incluso llegó a robarle el protagonismo al campeón Froome.
Está bien perseguir a los culpables, pero no culpar a los inocentes
Tanto Alberto Contador como Andreea Raducan son claros ejemplos de lo que aún tiene que mejorar la lucha contra el dopaje. Está muy bien perseguir a los culpables, pero no lo está culpar a los inocentes, víctimas de errores ajenos a ellos. Suerte que la afición no es tonta y al final, es igual que el tiempo, es decir, la que pone a cada uno en su sitio.
Manuel Castro Ouzal
Posted at 20:48h, 01 marzoPerfectamente cabe el caso de Diego Armando Maradona, positivo de Efedrina, posiblemente pseudoefedrina metabolizada. Que hubiese consumido cocaína en Italia, no lo convierte en un dopado para ganar, pues jugar bajo los efectos de la cocaína en nada beneficia al jugador, poniéndolo esos si, en grave peligro por infarto. Nunca volvimos a ver a una señora entrar en el campo y asir a un jugador de la mano para llevarselo a mear. Vaya tongo.