06 Abr Loquillo vs. Ravelo: Señores haters, lean bien y utilicen el cerebro
Isabel Arroyo Sauces
La mataré y mis críticas hacia el papel de la mujer florero en televisión desafían lo políticamente correcto
Ravelo no es una ciencia exacta. Este artículo podría estar perfectamente en la sección Versus, pero he preferido ponerlo en El arroyito redondo porque es una opinión personal. Todo empieza un día en el que publicamos en Facebook un anuncio para promocionar un artículo de la web. En esta publicación decía que Ona Carbonell me podía hablar de empoderamiento femenino porque es una campeona que se ha ganado a pulso su fama y ha dado visibilidad a un deporte minoritario con su buen hacer, pero en cambio, no podían venir otras mujeres a darme lecciones de empoderamiento femenino cuando ellas trabajan en la tele de mujer florero o han conseguido la fama por haberse acostado con un pez gordo (para quien quiera leer el artículo entero, está aquí).
Me ha caído la mundial en Facebook por decir que no vengan a darme lecciones de empoderamiento femenino ni las trepas ni las mujeres florero
¿Por qué he anunciado un artículo tan polémico? Porque si no te conocen, no existes y en la blogosfera lo que manda es el click. El caso es que me llenaron la página de insultos. Me han llamado, por ejemplo, retrasado mental. Eso es algo que me preocupa. Si me hubiesen llamado retrasada mental, no me preocuparía. En todo caso, me darían ganas de proponerle al hater de turno que nos comparásemos los coeficientes intelectuales. Lo que pasa es que si me llaman retrasado mental, me demuestran que no se han leído el artículo y a mí lo que me importa es el click. De todas formas, esa no es la definición que me ha inspirado a escribir este artículo, sino la de machista: ¿Hola?
Ravelo es tan machista que no para de apoyar al deporte femenino
Me paro a repasar los artículos de Ravelo y descubro que están llenos de apoyo al deporte femenino y que he dado visibilidad a deportistas que la mayoría del público no saben ni que existen. He tenido el privilegio de entrevistar a una grande del periodismo deportivo español como es Paloma del Río, así como periodistas deportivas más jóvenes como son Tania Martín o Maribel De Jesús, que sé que están luchando cada día por poder conseguir sus sueños con contenido de calidad.
En Ravelo nunca hemos dejado de apoyar al deporte femenino
Por otra parte, cuando la Supercopa de España se jugó en Arabia Saudí, opté por darle boicot porque, a pesar de que hace un año, Ravelo Deporte era una página recién nacida y le hacían falta clicks como el comer, no me parece ético llevar por dinero una competición así a un país donde los derechos de la mujer brillan por su ausencia.
Cuando la Supercopa de España se jugó en Arabia Saudí, opté por darle boicot porque no me parece ético llevar por dinero una competición así a un país donde los derechos de la mujer brillan por su ausencia
Lo que sí denuncio en numerosas ocasiones es que las periodistas deportivas en televisión tengan la función de mujer florero. Es que no cogen a ninguna ya no fea, sino normalita: todas pivones. Y ya cuando me enteré de que Lara Álvarez había dicho en el casting de Marca Tv que no tenía ni idea de fútbol y la cogieron, blanco y en botella: lo primordial es el físico, no los conocimientos. Eso es lo que no puedo tolerar.
Pues bien, es entonces cuando desmonto el mito. A mí también me gustaría que todas las mujeres (y los hombres) fuesen bajadas del cielo, pero no es así: ¿Solo por reconocer esta realidad ya soy machista? Ah, perdón: se me había olvidado que vivimos en la época de lo políticamente correcto y de los ofendiditos. De esto no se libra nadie, pienses como pienses.
Vivimos en la época de lo políticamente correcto y de los ofendiditos y de esto no se libra nadie, pienses como pienses
Es entonces cuando me acuerdo de la mariconez. Los que sois asiduos a Ravelo, sabéis que yo no soy fan de Operación Triunfo, pero como este programa te lo metían hasta por las orejas, te acababas enterando de todo. Por esa época leí una entrevista a José María Cano y claro, flipaba: Resulta que él es el autor de Mujer contra Mujer, un himno LGTBI que escribió cuando la homosexualidad era realmente un tabú y ahora resulta que es la persona más homófoba del mundo. De verdad, me he sentido identificada con él.
Loquillo y La mataré
Lo cierto es que los músicos de los 80 fueron unos adelantados a su tiempo. Y es que todo lo que los jóvenes piensan que hoy día es revolucionario, en realidad ya lleva décadas normalizado: fueron los ochenteros quienes arriesgaron y se atrevieron a romper con las normas. Ahí también estaba Loquillo. La que yo considero mejor banda española de rock de todos los tiempos también ha tenido sus rifirrafes con lo políticamente correcto.
La mataré es una denuncia a la violencia de género, no una apología
Loquillo tiene muchísimo temazos en su repertorio, pero aquí voy a destacar La mataré. Su autor es Sabino Méndez, un músico de la banda que, cuando era joven, descubrió que había hombres que tenían mucho control sobre sus novias. Es entonces cuando se metió en la piel del maltratador para ponerle letra a esta canción. Es justo la perspectiva contraria a Malo, de Bebe, cantautora que, por cierto, recientemente ha dado su punto de vista acerca del feminismo y también le han llovido palos hasta en el apellido. Son tiempos de lo políticamente correcto y ahora no se puede opinar absolutamente de nada.
Yo soy fan de Loquillo desde siempre y he ido tanto a conciertos suyos como a los de otras bandas que les rinden tributo y La mataré es una de las canciones que nunca faltan en ningún concierto. La gente acompaña al Loco cantando, saltando y bailando y se lo pasa de lujo. Son gente a las que les suda lo políticamente correcto. La peor parte le cae a Sabino Méndez, que todavía hoy tiene que aclarar que esta canción nació como una denuncia a la violencia de género, no como una apología. Lo cierto es que este músico también ha escrito otros temas como El mundo necesita hombres objeto. Lo mismo al final, este hombre no es tan misógino como parece.
Que aprendan Becky G., Ana Mena y compañía. Volviendo al tema del anuncio de mi artículo en Facebook, quienes me han puesto a parir han sido todas mujeres menos un hombre más papista que el Papa, de esos que dicen que todas pueden dar lecciones de empoderamiento femenino aunque frieguen suelos (como si yo en el artículo hubiese mencionado el dinero o el estatus) y que en las Campanadas, quien realmente son floreros son los presentadores, no las presentadoras. Después de haber leído tantos comentarios haters, he llegado a la conclusión de que para ellos, el machismo no es la desigualdad entre hombres y mujeres con todos los privilegios a favor del varón, sino no ir besando el suelo por donde los ofendiditos pisan.
Esos comentarios me dan risa y únicamente los respondo para ganar mejor posicionamiento en Internet (vale, quizá esto último son los entresijos del oficio de bloguera que no debería confesar, pero es lo que hay). Sin embargo, me pongo a reflexionar seriamente y llego a la conclusión de que algo estamos haciendo mal como sociedad para que las féminas de hoy en día quieran tener como ejemplo a seguir a las mujeres que simplemente están de adorno.
Algo estamos haciendo mal como sociedad para que las féminas de hoy en día quieran tener como ejemplo a seguir a las mujeres que simplemente están de adorno
Además, hemos llegado a un extremo en el que reclamamos tanta libertad de expresión que no podemos decir nada porque todo ofende. Evidentemente, yo no voy a pedir perdón por el artículo que escribí porque simplemente es una opinión personal. A quien no le guste, pues que piense lo contrario y ya está. Por mi parte, me tendré que acostumbrar a la época que me ha tocado vivir, la cual se resume en reguetón, ofendiditos y coronavirus. Cualquier tiempo pasado fue mejor, también el de Loquillo.
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