30 Oct El engañabobos de la animación virtual en las competiciones de la pandemia
Isabel Arroyo Sauces
Aún recuerdo el derbi sevillano de este verano, que fue el encargado de retomar la competición después del confinamiento. Nunca he entendido el fútbol sin público, así que tenía curiosidad por cómo sería a partir de ahora jugar a puerta cerrada. Evidentemente, ver las gradas tan peladas daba una pena terrible, daban ganas de llorar. Pocos días después, vi el Mallorca-Barcelona y ahí sí que vi algo raro: aparte de los cánticos que se escuchaban por megafonía, parecía una pantalla donde se apreciaban tímidamente imágenes no sé si de fotos o de muñequitos que hacía el efecto óptico de ver las gradas llenas. Un engañabobos, sí, pero se agradece.
La animación virtual es un engañabobos, sí, pero se agradece
Por otra parte, como no puede entrar público a los estadios hasta que el Ministerio de Sanidad no dé la autorización, el Real Madrid ha aprovechado para adelantar las obras del Santiago Bernabéu yéndose a jugar al Alfredo Di Stéfano, estadio del Castilla. En este caso, cada vez que veo la animación virtual, me echo a reír. Y es que no sé si os habréis fijado, pero los muñequitos virtuales están tan sumamente apelotonados que parecen sacados del Bernabéu, porque estoy segura de que si ese público fuera real, sancionarían al Madrid porque cuatriplicaría el aforo del Di Stéfano.
El caso del fútbol femenino
En el fútbol femenino no hay animación virtual. En este caso, el engañabobos suele ser más real. La gente que hay dentro del estadio es igual que en el fútbol masculino: titulares, suplentes, entrenadores, árbitros, enfermeros, auxiliares y poco más. Lo que pasa es que las chicas no juegan en grandes estadios, sino en campos pequeñitos de las ciudades deportivas. Esto hace que el personal se disperse por las gradas y dé la sensación óptica de que es público guardando la distancia de seguridad pero llenando el estadio. Evidentemente, si jugaran en el Camp Nou o en el Wanda Metroplitano, se vería claramente que solo hay cuatro gatos.
Como las chicas juegan en campos pequeñitos, el personal se dispersa por las gradas y da la sensación óptica de que es público guardando la distancia de seguridad pero llenando el estadio
La gente de las gradas son personas reales, sí. Sin embargo, esta gente no tiene cánticos, ni pancartas animando a sus jugadoras ni mucho menos, se van a poner a insultarlas (aunque bueno, yo he cubierto varios partidos de fútbol femenino y os aseguro que las barbaridades que se escuchan en el masculino, no se escuchan aquí). No es lo mismo.
La animación virtual en el patinaje
El pasado fin de semana, estuve viendo el Skate América por la tele y eso sí que es para morirse de pena. Para empezar, casi todos los patinadores eran estadounidenses porque casi todos los países tienen la movilidad muy limitada y no han podido acudir a la cita. Además, a los participantes se les notaba de a kilómetro la cantidad de tiempo que han estado obligados a entrenar en sus casas sin poder pisar el hielo. El rendimiento de todos ha sido mucho menor que el que tendrían en condiciones normales.
En el pasado Skate América, a los participantes se les notaba de a kilómetro que han estado obligados a entrenar en casa sin poder pisar el hielo
En cuanto al engañabobos de la animación virtual, la ISU ha apañado fotos de unas cuantas personas y las ha reflejado en las gradas a tamaño real. El patinador de turno expone su ejercicio en silencio y cuando acaba, explotan los aplausos por megafonía. Me da mucha pena: los patinadores necesitan sentir el calor del público y los aplausos durante su programa tanto cuando completan un salto o una figura como cuando fallan y las gradas aplauden para animarlos a continuar. No obstante, entiendo que el patinaje tiene que seguir adelante y gracias a Dios que lo podemos seguir viendo en competición, aunque sea con el engañabobos de la animación virtual.
El parón de Alrededor del estadio
Sé que en los últimos tiempos se están multiplicando las visitas a Ravelo, según Google Analytics. Mucha gente se dará un repaso por la web todos los martes y todos los viernes para ver qué hay de nuevo. Sin embargo, los nuevos se habrán dado cuenta de que hay una sección que lleva más tiempo que las demás sin actualizarse: Alrededor del estadio. ¿Por qué?
Los nuevos lectores de Ravelo se habrán fijado en que Alrededor del estadio lleva mucho más tiempo sin actualizarse que el resto de las secciones
Me imagino que los viejos lectores sabrán por qué. Y es que Alrededor del estadio es un blog en el que yo cuento en primera persona el ambiente que hay en las pedanías de los estadios durante los días de partido: cómo están los bares, cómo están las calles, cómo están las gradas en caso de que entre… Pues bien, ahora con la pandemia no tiene sentido hablar del ambiente en días de partido cuando estos se juegan a puerta cerrada y en la calle y en los bares hay restricciones de todos los colores.
No tiene sentido hablar del ambiente en las pedanías de los estadios en días de partido cuando estos se juegan a puerta cerrada y en los bares y en la calle hay restricciones de todos los colores
A mí siempre me han gustado las aglomeraciones y aunque no me gustasen, es evidente que tengo ganas de volver a actualizar Alrededor del estadio, pero de verdad. Tengo ganas de volver a ver a la gente a cara descubierta, sin mascarillas. Quiero ver a la gente con gafas viendo bien, sin que se les empañen más los cristales. Quiero volver a ver a las mujeres pintadas como una puerta y luciendo ese maquillaje que se han comprado en Sephora (yo seré la primera de ellas). Y aunque os parezca de frikis, tengo ganas de volver a sentirme como un sándwich en un bar cercano al Bernabéu rodeada de hinchas borrachos y sudados (no es broma). Quiero volver a celebrar un título del Madrid abrazada a desconocidos (o a conocidos que no vivan conmigo). ¿Cuánto tiempo tardará en cumplirse mi deseo? No lo sé, pero mientras tanto y por seguridad, habrá que conformarse con la animación virtual. Un engañabobos, sí, pero se agradece.
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