13 Sep Blanca Fernández Ochoa y otros temas escabrosos: piensa mal y acertarás
Isabel Arroyo Sauces
Una semana ha pasado ya desde que el cadáver de Blanca Fernández Ochoa apareciera en la sierra de Cerdecilla (Madrid) y su muerte sigue dando de qué hablar. En una entrevista para el portal digital El Español, el periodista deportivo José María García denunciaba, entre otras tantas cosas, que Blanca había acudido a la Federación Española de Deportes de Invierno para pedir trabajo ya que su situación económica era nefasta y no la ayudaron o que los políticos solo quieren a los deportistas para hacerse una foto con ellos mientras estos triunfan.
El caso de Blanca Fernández Ochoa no es el único que García ha denunciado a lo largo de su vida. En su momento, también se implicó junto a Cristina Gallo para que las Niñas de Oro de Atlanta 96 cobrasen por parte de la Federación Española de Gimnasia los cinco millones de pesetas que les correspondía por haberse proclamado campeonas olímpicas. Estos y otros casos me hacen atar cabos a través de una historia que yo viví en mis propias carnes y en esta misma web cuando Ravelo se llamaba Córner-Rítmica. Piensa mal y acertarás.
Los descubrimientos de Córner-Rítmica a través de mis palos de ciego
En 2016 empecé Córner-Rítmica, página con la que quise mostrar al mundo mi visión del deporte y sobre la que en la actualidad está construida Ravelo. ¿Por qué no tuvo éxito Córner-Rítmica? Pues porque la creé a ciegas y cometí muchísimos errores. Cada vez que alguien crea un blog o monta un negocio, lo primero que tiene que pensar es qué le va a ofrecer a sus clientes que no le pueda ofrecer la competencia. En el caso del periodismo deportivo, es fácil pensar en dar noticias acerca de esos deportes que son invisibles para la mayoría de los medios de comunicación. Es entonces cuando descubres por qué son invisibles.
Por ejemplo, la selección española de fútbol femenino había ganado en 2017 la Copa Adarve, un trofeo que sirve a los equipos como preparación para Europeos (o sus homólogos en los demás continentes) y Mundiales. Desde mi punto de vista, pensaba que lo correcto era ir a Atocha para recibirlas como auténticas campeonas, pero allí no había ningún periodista porque nadie se había enterado de cuándo llegaban. Llamé a la federación para preguntarlo y me dijeron que no sabían nada. Luego me enteré por una fuente cercana de que no querían que se enterase nadie de aquello. No es por nada, pero me parece de vergüenza que la federación no quisiera que las campeonas tuviesen un recibimiento como Dios manda.
Me parece de vergüenza que la RFEF no quisiera que las campeonas de la Copa Adarve tuviesen un recibimiento como Dios manda
No obstante, seguí con mi empeño de dar visibilidad en Córner-Rítmica a semejante hazaña, así que le propuse personalmente una entrevista al seleccionador nacional, Jorge Vilda. Él aceptó, pero me puso de condición que se la hiciera al día siguiente. Llegó el día y lo busqué, pero entonces me preguntó si lo podíamos dejar para la semana que viene, cosa a la que yo me negué porque tengo que hacer más cosas aparte de estar a expensas suyas. Entonces me dijo que lo esperase un momento, que tenía que ir al vestuario y luego volvería a buscarme. Se fue sin decir adiós, me dejó tirada. Después de que yo quería darle visibilidad a su trabajo, él se tomó el mío por el pito de un sereno. Una falta de respeto absoluta.
Muchos se quejarán de que hay deportes que no tienen visibilidad en los medios de comunicación, pero son sus propios jefazos los que no quieren que la tenga
Otro de los eventos que quise cubrir para Córner-Rítmica fue la Copa del Mundo de gimnasia rítmica celebrada en Guadalajara, también en 2017. Pedí acreditación a la federación y no me contestaron al correo electrónico. Aún así, como en otras ocasiones no había tenido problemas para conseguirla in situ, llegué al pabellón y hablé con ellos. Entonces, me dijeron que yo no podía estar allí, que en otro momento me habían dado acreditación porque eran campeonatos nacionales, pero que aquello corría por parte de la federación internacional y solo le concedía acreditaciones a los medios principales. Vamos, Televisión Española y gracias, así que tuve que pagar religiosamente los 60 euros que costaba el abono para los tres días de competición como una espectadora más.
Vamos a ver, la Copa del Mundo de gimnasia rítmica coincidía en el calendario con la final de la Champions, donde además, ese año la jugaba el Real Madrid. No hace falta ser muy listo para saber cuál de los dos acontecimientos era el más relevante tanto para los medios como para el público. Pues bien, si existen blogs dedicados a la gimnasia rítmica interesados en dar visibilidad a este deporte y a sus competiciones (según me explicaron, fueron más de 200 los que solicitaron acreditación), deberías estar besándoles los pies y no denegándoles acreditaciones (no entró ni un blog). Muchos se quejarán de que hay deportes que no tienen visibilidad en los medios de comunicación (y hay bitácoras que pueden considerarse como tales), pero son sus propios jefazos los que no quieren que la tenga.
Atando cabos, juntando piezas
Blanca Fernández Ochoa no es una deportista cualquiera. Recordemos que a lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno, España solamente ha conseguido cuatro medallas y una de ellas es de Blanca. Sin embargo, dicha hazaña era desconocida para muchos jóvenes e incluso muchos periodistas según José María García en su entrevista para El Español.
La gente tampoco sabe quién es Tania Lamarca, campeona olímpica de gimnasia rítmica en Atlanta 96, o Jesús Rollán, campeón olímpico de waterpolo en los mismos Juegos que acabó suicidándose a los 37 años por una depresión cogida por falta de ayuda en su retirada. Todos ellos junto a Blanca son víctimas del mientras ganes, qué bueno eres y una vez te retiras, si te he visto, no me acuerdo. Pero claro, si ni estos deportistas ni sus disciplinas tienen visibilidad, nadie se entera de lo que les pasa, por tanto, los trapos sucios de las federaciones quedan bien guardaditos y está mejor echarle la culpa a los periodistas por no sacarlos en los medios de comunicación. Después de haber conocido estas historias y después de mi propia experiencia como periodista, empiezo a atar cabos que me llevan a esta hipótesis. Ya lo dice el refrán: Piensa mal y acertarás.
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