Sergio Ramos y esa espinita para los futbolistas de élite

El defensa sevillano sueña con disputar los Juegos Olímpicos de Tokio

Sergio Ramos celebra un gol con la selección española: EFE.

Sergio Ramos celebra un gol con la selección española: EFE.

Isabel Arroyo Sauces

En los días previos al Noruega-España, Sergio Ramos confesó que le encantaría participar en Tokio 2020 y, cómo no, ser campeón olímpico. Muchos han tachado esta ilusión de osadía. Osadía porque la selección que disputa los Juegos Olímpicos es la sub-23 y solo está permitido llevar a tres jugadores mayores de 23 años, teniendo prioridad los que han ayudado a conseguir la clasificación. Osadía porque no tendría prácticamente descanso entre la Eurocopa y los Juegos. Osadía porque un verano sin vacaciones pasaría factura a su rendimiento en el Real Madrid.

Sin llegar a entrar en valoraciones, me atrevo a hacer una reflexión sobre el sueño olímpico de Sergio Ramos y de otros muchos futbolistas de élite. Antes que nada, quiero aclarar que esto es una mera opinión personal ya que para eso, El arroyito redondo es mi blog y aquí escribo todo lo que pienso.

Lo primero es el negocio

Bandera olímpica.

Sergio Ramos sueña con contagiarse del espíritu que transmite la bandera olímpica.

Dos acontecimientos deportivos a nivel internacional se llevan la palma por encima de todos los demás: los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol. Ambos están prácticamente igualados y ahí entran los conflictos, aunque bueno, esto no es nada nuevo.

El fútbol entró dentro del programa olímpico como categoría absoluta

El fútbol entró dentro del programa olímpico a principios del siglo pasado (París 1900) y lo hacía como categoría absoluta. Por aquel entonces, aún no había nacido la FIFA, que lo haría cuatro años después. El problema es que la diferencia entre Europa y Latinoamérica y el resto del mundo era abismal, por eso, la FIFA y el COI acordaron que, a partir de 1948, las selecciones olímpicas no serían las absolutas, sino las sub-23.

Ya después, todos sabemos que el mundo FIFA es un mundo aparte y que no necesita del olimpismo para hacerse más grande. Vamos, que el fútbol mueve suficiente pasta como para pasar olímpicamente (nunca mejor dicho) de las medallas de oro, de plata y de bronce. Y aquí quien manda es el dinero.

El «demérito» de Messi y Neymar

El equipo de Argentina que se proclamó campeón olímpico en Pekín 2008: Luca Bruno-AP.

El equipo de Argentina que se proclamó campeón olímpico en Pekín 2008: Luca Bruno-AP.

Ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos es lo máximo para cualquier deportista. Messi tiene una que la consiguió con su selección en Pekín 2008, pero paradójicamente, todavía no ha ganado ninguna competición importante con Argentina.

Neymar tiene exactamente el mismo palmarés olímpico que Fermín Cacho

Caso similar es el de Neymar, plata en Londres 2012 y oro en Río 2016. Sí, señores, Neymar tiene exactamente el mismo palmarés olímpico que Fermín Cacho. Y sin embargo, Cacho es toda una leyenda del deporte español mientras que Neymar aún no ha ganado nada importante con Brasil (así como Neymar tiene en su cuenta corriente toda la pasta que Cacho no ganará ni en siete vidas y podría ser su hijo, ya lo sé).

La espinita del espíritu olímpico

La delegación española en Río 2016 con Rafa Nadal como abanderado: EFE.

La delegación española en Río 2016 con Rafa Nadal como abanderado: EFE.

A mí que me dejen de tonterías. Sergio Ramos tendrá millones suficientes como para que ni a sus hijos, ni a sus nietos, ni a sus bisnietos les haga falta trabajar, pero el dinero no lo es todo en la vida. Entiendo perfectamente a Sergio Ramos cuando dice que le haría ilusión participar en unos Juegos Olímpicos, así como en su día, dijo lo mismo su compañero de selección y rival en la Liga, Sergio Busquets. ¿Cómo no entenderlo si esa experiencia seguro que no tiene precio?

Deportistas como Nadal o Gasol tienen el privilegio de poder participar en unos Juegos Olímpicos independientemente de su edad

Pongo como ejemplo al abanderado español de Río 2016, Rafa Nadal, y al de Londres 2012, Pau Gasol. Ambos tienen un extenso palmarés y un caché que dudo yo que tengan que envidiar al de Sergio Ramos. No mueven tantas pasiones como el fútbol, pero también las mueven. Pues bien, además de ganar los títulos que ganan cada año, también tienen el privilegio de poder participar en unos Juegos Olímpicos independientemente de su edad. Además, tanto Pau como Rafa le podrán contar a sus nietos que ellos portaron la bandera de España en la ceremonia de inauguración en unos Juegos Olímpicos. ¿Eso tiene precio?

Si Sergio Ramos se retirase hoy mismo, ya tiene suficientes motivos como para salir a hombros y por la puerta grande

Lo más probable es que Sergio Ramos no pueda cumplir su sueño olímpico y no porque no tenga cualidades para ello. El Real Madrid tiene mucho poder. Es cierto que el capitán madridista lo ha ganado todo en el fútbol, tanto a nivel de clubes como de selecciones. Si Sergio Ramos se retirase hoy mismo, ya tiene suficientes motivos como para salir a hombros y por la puerta grande (otra cosa es que vaya a salir así del Real Madrid, que lo dudo). Sin embargo, tendrá que perderse la experiencia de poder unirse a otros deportistas españoles de otras disciplinas, compartir escenario con aquellos que baten récords del mundo o ser testigo del encendido del pebetero olímpico entre otras tantas cosas. Solo imaginarlo pone los pelos de punta, así que entiendo que haya futbolistas de élite que se hayan quedado con esa espinita.

Puede ser que la próxima temporada en el Madrid no sea la mejor para Sergio Ramos, pero oye, que si este verano puede acudir a la cita olímpica y ayudar a que el Himno de España suene en su honor y en el de sus compañeros mientras él lo escucha con la medalla de oro colgada al cuello, que le quiten lo bailao.

@ravelodeporte

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