Clásico que finalmente acabó Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona: Ravelo.

Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona: Infiltrada en las gradas del Di Stéfano

Isabel Arroyo Sauces

Antes de empezar a narrar esta crónica de la que he sido testigo directo, os pondré en contexto y a la vez, os daré una buena noticia: he escrito un libro sobre el Real Madrid Femenino. El manuscrito ya está terminado, le falta la maquetación y la portada. Una vez las tenga, pasaré a autopublicarme en Amazon. No tengo aún la portada porque pensaba que iba a necesitar una foto, pero no quería follones con el tema de los derechos de autor. Pensé comprar una foto en Getty Images, pero la bromita me iba a salir por el módico precio de 470 euros. Sí, me sale más barato ir al Alfredo Di Stéfano con mi propia cámara. Miré el calendario y el partido que mejor me venía era el Real Madrid-Barcelona. Allá vamos.

Despistes en el metro

Metro Madrid.

Metro Madrid.

Esta parte de la historia me da hasta vergüenza contarla porque parezco una novata en Madrid. Y es que conozco la capital de España lo suficientemente bien como para saber que las distancias son muy largas y siempre hay que salir con tiempo para no llegar tarde a los sitios. Eso hice.

En la estación de Nuevos Ministerios cogí todas las líneas de metro menos la que era

Para quien no conozca el metro de Madrid, diré que la estación de Nuevos Ministerios consta de las líneas 6, 8 y 10, aparte del tren de cercanías. El camino más corto hasta el estadio Alfredo Di Stéfano es coger la línea 8 hasta Feria de Madrid y allí pillar un taxi. Pues bien, primero me equivoco y cojo la línea 6. Paro en Prosperidad y vuelvo a la estación de origen. Me vuelvo a equivocar y cojo la 10. Misma historia, esta vez, con parada en Santiago Bernabéu. A la tercera va la vencida y por fin cojo la línea 8 hasta IFEMA. Suerte la mía que a la primera pillé un taxi.

¿Pero dónde he comprado la entrada?

Afición culé celebrando el Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona: Ravelo.

Afición culé celebrando el Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona: Ravelo.

Afortunadamente, llegué a tiempo al partido. Como siempre, toca buscar mi asiento y cuál fue mi sorpresa al descubrir que iba a estar rodeada de afición culé. Supongo que todos vendrían de Barcelona, pues sus cánticos eran en catalán nativo aunque luego los unos a los otros se hablasen en castellano. ¿Pensáis que de ahí no salí viva? Pues estáis equivocados. Lo más que me pasó fue que el chaval de al lado se rio bastante al verme allí como si fuera una «infiltrada», pero vamos, que yo animé al Real Madrid y allí nadie me dijo nada. Esto no lo dicen los telediarios, pero las aficiones somos respetuosas unas con las otras.

En la grada estuve rodeada de afición culé, pero nadie me dijo nada porque los aficionados sabemos respetarnos

Ni que decir tiene que el partido finalizó Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona. El primer tanto fue un gol tempranero de Ana María Crnogorcevic. A punto de terminar la segunda parte, Patri Guijarro marcó el suyo. Venga, vale. 0-2 no está mal y en la segunda parte hay tiempo suficiente para, como mínimo, igualar el encuentro. Pues no, porque la segunda parte fue más o menos como la primera. Aitana Bonmatí marcó en el minuto 52 y Fridolina Rolfö, en el 81. Alrededor de mí tenían bastante que celebrar.

Reflexiones del Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona

Tras el Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona, las blancas son una piña: Ravelo.

Tras el Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona, las blancas son una piña: Ravelo.

A pesar de que yo me lo pasé muy bien en el estadio, hay que reconocer que Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona es un resultado pésimo. Además, nos ha decepcionado porque veíamos muy bien al equipo y creíamos que teníamos posibilidades reales de plantar cara a las todopoderosas culés, pero otra vez más de lo mismo. Qué equivocados estábamos.

Lo mires por donde lo mires, Real Madrid Femenino 0-4 Barcelona es un resultado pésimo y decepcionante

Igual que uno no se pone enfermo por gusto, las goleadas tampoco se reciben por deseo propio de las jugadoras. Así lo han declarado las mujeres de Alberto Toril a través de sus redes sociales. En caliente es difícil solucionar las cosas, pero una vez ha pasado todo, hay que analizar fríamente qué es lo que ha fallado: si las jugadoras han tenido un mal día o es el entrenador quien tenía el partido mal planteado. Esther se despidió mandando un beso a la afición y yo se lo devolví. Grité el célebre cántico Orgullosos de nuestras jugadoras y nadie me siguió. No me importa, pues yo sigo siendo madridista: Ahora más que nunca.

@ravelodeporte

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