01 Nov Iker Casillas: de Todos los Santos, el Santo
¿Existen paralelismos entre Iker Casillas y un santo de verdad?
Isabel Arroyo Sauces
Cuando la gente ve en el calendario el día de Todos los Santos, a los más fanáticos se les pasa por la cabeza Iker Casillas ya que a este lo apodan el Santo. Este apodo se lo ganó el solito gracias a sus paradas imposibles, las cuales sacaron las castañas del fuego en más de una ocasión tanto al Real Madrid como a la selección española.
Madridistas y fieles a la Roja le pidieron a Iker Casillas algún que otro milagro. Y el Santo los cumplió
En la religión cristiana, existen muchos santos de los cuales los creyentes son muy devotos por algún motivo en especial. Las iglesias están llenas de santos que cada día reciben la visita de fieles que rezan para pedir siempre por algo y estos tienen tanta fe que, a veces, se agarran a ellos para pedirles un milagro. También en su día, los madridistas y fieles a la Roja le pidieron a Iker Casillas algún que otro milagro. Y el Santo los cumplió.
Iker Casillas debutó en un estadio con nombre de santo: el antiguo San Mamés
¿Podría llegar a ser Iker Casillas un santo de verdad? ¿Qué tienen en común el portero mostoleño y los santos a los que los fieles rezan en los templos? Ravelo muestra a sus lectores una serie de paralelismos entre aquellos que reciben culto por parte de la fe cristiana y el cancerbero que, casualidades de la vida, debutó en un estadio cuyo nombre también es de un santo: el antiguo San Mamés.
¿Quiénes son los santos?
Para empezar a hacer paralelismos, es necesario saber qué es realmente un santo. Según la página oficial de Aciprensa (ACI, Agencia Católica de Informadores), «los santos no son personas diferentes de nosotros, en todos los tiempos ha habido santos, de diferente edad, unos niños, otros jóvenes, adultos, viejitos, hay santos y hay santas, unos flaquitos, otros gorditos, unos muy inteligentes, otros muy sencillos, algunos han nacido muy ricos, otros fueron muy pobres, unos son blancos y otros, negros». Vamos, gente normal y corriente.
No soy galáctico, soy de Móstoles
A lo largo de su trayectoria deportiva, Iker Casillas ha dejado titulares para el recuerdo. Sin embargo, quizá el más conocido sea la respuesta a aquellos que en su momento lo definían como «galáctico». Y es que Casillas lo tenía bien bien claro: «No soy galáctico, soy de Móstoles». Con esta definición sobre sí mismo, ¿podría ser Iker un santo según la Agencia Católica de Informadores?
Los milagros de los santos
A pesar de que, según la Iglesia Católica, todos estamos llamados a ser santos, lo cierto es que solamente unos cuantos están santificados oficialmente. A estos elegidos se les atribuye una serie de milagros. Por ejemplo, a San Antonio de Padua se le atribuye el haber unido al cuerpo un pie amputado, a Santa Gema se le atribuye el haber curado una úlcera a un enfermo… Y el fútbol le atribuye a San Iker Casillas más de un milagro y más de dos y más de tres que han valido una victoria o bien del Real Madrid, o bien de la selección española, o bien una vergüenza que, gracias a él, no fue mayor.
El creyente
De otras peores salí o torres más altas cayeron son solo dos ejemplos de refranes que todo hijo de vecino se ha dicho para sus adentros ante una situación difícil en su vida. Es entonces cuando los creyentes de cualquier religión se aferran a su dios para que este les ayude a superar las malas rachas.
La mala racha de España duraba ya 44 años. Cada vez que llegaba una Eurocopa o un Mundial, más de lo mismo: España despierta muchas ilusiones, pero al final, nunca pasa de cuartos. ¿Llegaría el día en el que la selección española fuera capaz de hacer algo grande? Solo unos cuantos lo creyeron. Y lo lograron.
Tras una larga sequía, España enlazó durante su época dorada la Eurocopa 2008, el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012, siendo hasta la fecha la única selección que ha sido capaz de lograr Eurocopa, Mundial y Eurocopa de forma consecutiva. Y entre todos los creyentes, Iker Casillas estaba al mando.
Mártires vs. salida de Iker Casillas del Real Madrid
No es lo mismo ser santo que ser mártir. Los mártires, según la Iglesia Católica, son aquellos que prefirieron ser condenados y morir antes que renunciar a su fe cristiana. Estas personas creían que un mundo mejor es posible y pregonaron el mensaje de Jesucristo de amor, paz, perdón y solidaridad. A cambio, fueron asesinadas.
Iker Casillas estuvo considerado durante muchos años el mejor portero del mundo según el IFFHS
Iker Casillas le ha sacado muchas veces las castañas del fuego al Real Madrid. El cancerbero de Móstoles es uno de esos guardametas que no nacen todos los días y durante muchos años, estuvo considerado el mejor portero del mundo según el IFFHS (Federación de Historia y Estadística de Fútbol). Madridista desde pequeño, Casillas ha ayudado muchísimo al equipo para que este haya conseguido el palmarés que tiene desde 1999 hasta 2015. Lástima que sus paradas y sus títulos no fueran suficientes para tener una despedida en su club de toda la vida por todo lo alto. Y es que el Real Madrid tiene la mala costumbre de despedir a sus grandes estrellas por la puerta de atrás. No aprende.
Resurrección vs. leyenda
Jesucristo murió por la humanidad. Vino al mundo para predicar la palabra de Dios y, a pesar de haber curado a los enfermos y haber perdonado a los pecadores, fue condenado a la peor de las muertes que nadie se pueda imaginar. Fue justo, pero murió crucificado como el mayor de los vándalos. Sin embargo, al tercer día, resucitó de entre los muertos.
La resurrección de Jesucristo y la leyenda de Iker Casillas podrían guardar cierto paralelismo
Ante las críticas por la bajada de nivel típica de la edad y la salida del Real Madrid por la puerta de atrás, Iker Casillas no ha resucitado futbolísticamente hablando. Sin embargo, la resurrección religiosa sí que podría tener también cierto paralelismo con la trayectoria del cancerbero de Móstoles. Y es que cuando Cristo venció a la muerte, demostró que él era más fuerte que todos los males del mundo, así como la leyenda de Casillas es aún más grande que cualquier varapalo que haya podido tener a lo largo de su trayectoria deportiva. Porque el aficionado de a pie de calle será exigente como nadie, pero como pasa siempre, se acaba quedando solo con lo bueno.
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