
19 Abr Real Madrid-Bayern de Múnich: Cómo dejarse la garganta hasta la prórroga
Mucho he tardado en volver a dejarme caer por Alrededor del estadio. Es lo que tiene que pongan otros eventos a la misma hora o que me haya tomado unas vacaciones por Semana Santa, que en mi casa ya estaban echándome de menos. La cuestión es que volvemos manos a la obra y esta vez, se presentan visitas a los alrededores del Bernabéu por todo lo alto. Primera parada: Champions.
El metro al revés
¿No os ha pasado a los que vivís fuera de vuestra casa que volvéis y se os olvida cuál era vuestro cepillo de dientes? Algo parecido me ha ocurrido a mí. Me he tirado un par de semanas en mi pueblo y al volver a Madrid, no sabía cómo funcionaban la mitad de las cosas, incluido el metro. Vale, quizá resulte una exageración, pero la cuestión es que me acordaba que para ir adonde yo voy siempre, primero tenía que tomar la línea 5 y después, hacer transbordo en Alonso Martínez para coger la línea 10. Bien, pues me veo durante el trayecto por los pasillos de ese enlace completamente perdida. Y es que todos los aficionados con camiseta del Real Madrid iban en dirección contraria a la mía. ¿Por qué? Nunca lo sabré, pero la cuestión es que yo tampoco estaba tan equivocada ya que llegué a mi destino sin ningún tipo de inconveniente.
Hasta la bola
Me gustaría saber cómo lo hago, pero por más que lo intento, nunca soy puntual en mi cita con los alrededores del Bernabéu. Algunas veces solo me cuesta perderme los cinco primeros minutos del partido e incluso algún gol temprano, pero esta vez, casi me cuesta la respiración: he ido varias veces a este bar cercano al estadio pero nunca lo había visto tan repleto ni con tantos cánticos.
Aparece en pantalla Carlo Ancelotti y la gente empieza a abuchearlo. No lo entiendo: Carletto fue el entrenador que trajo la Décima y el madridismo debería estarle eternamente agradecido. Además, si se fue de la Casa Blanca, fue porque Florentino Pérez no tuvo dos dedos de frente.
A pesar de la aglomeración, todo transcurre en paz. El motivo quizá fuera que, aunque el Bayern estaba atacando más que el Madrid, no estaba creando ocasiones de peligro, de tal modo que el 0-0 seguía beneficiando a los madridistas. El punto fuerte llegó en la segunda parte con una extraordinaria parada de Marcelo al Bayern. Sí, Marcelo. Y es que donde no llegaba Navas, ahí estaba él. Después llegó un tanto de penalti de Lewandowski después de que Casemiro derrumbara a Robben. Por su lado, el Real Madrid volvió a confiar en los pies de Isco y así lo mostraban los aplausos en el bar cada vez que el malagueño tocaba la pelota. Aunque el 22 blanco estuvo espléndido, esta vez no marcó. Quien sí lo hizo fue Cristiano Ronaldo, el cual parecía al principio que estaba dormido y vaya si despertó. Poco le duró la euforia al Real Madrid ya que su querido capitán metió la pata sobremanera. Metió la pata literalmente. En propia puerta.
Agradecidos a Xabi Alonso
Quiero pensar que los anteriores abucheos a Ancelotti fueron solo un calentón de los que estaban en el bar o quizá de trate de un juego en el fútbol que yo jamás seré capaz de entender. Y es que todo jugador del Bayern para ellos era un mercenario, un borracho, un alopécico (me sorprendió oír este término ya que el insulto más habitual es el de calvo o incluso el de pelón, pero bueno, también hay insultos en forma de eufemismo)… Sin embargo, cuando el míster italiano decidió cambiar a Xabi Alonso por Müller, el público del bar no tuvo más remedio que ovacionar al centrocampista vasco. Yo también lo hice: no se me olvida el delicioso fútbol que desplegó durante su época del Real Madrid y una vez cuelgue las botas, vamos a echar mucho de menos la elegancia de su juego.
Una prórroga regada de agua
Yo no podía más, pero tenía que aguantar. Llegó un córner en el minuto 93 y Sergio Ramos cabeceó, pero esta vez el balón no llegó a puerta. Este fallo obligó a ir a prórroga y si no me moría de un infarto en esos 30 minutos es porque tendré un corazón a prueba de bombas. Cristiano estaba inspirado, pero no más que Marcelo. Y es que el brasileño le brindó el tercer gol de la noche, segundo de la prórroga. Cierto es que siempre quedará la polémica de si fue o no en fuera de juego. A mí en la repetición me lo pareció, pero después en el metro le pregunté a un chaval que lo había presenciado en el Bernabéu y me dijo que desde el campo no se vio nada. Luego aportó su granito de arena Marco Asensio. La verdad es que desde que salió al terreno de juego por Isco, la gente del bar estaba ansiosa porque el mallorquín marcara. Todo el mundo sabe que el muchacho está lleno de talento, pero le faltan minutos. Aún así, los que tiene los sabe aprovechar y muy bien. No sé, pero si Asensio sigue así, acabará en la lista de los futbolistas más queridos de todos los tiempos por la grada blanca. Durante la celebración de los goles, la verdad es que con la aglomeración que había en el bar, festejarlos era de valientes. Aún así, todo el mundo sacaba un hueco para saltar de donde no había. No pude ver de dónde la sacaban, pero también echaron agua. Vamos, que acabamos la noche un poco regaditos.
El preferido, el Atlético de Madrid
Al terminar el partido, los alrededores del Bernabéu se llenaron de euforia y esta quedará reflejada para siempre en el archivo. Allí había varias cámaras para contar todo lo que sucedía una vez finalizado el encuentro, pero fueron nuestros compañeros de Gol TV los que captaron más voluntarios para expresar su opinión a través del micrófono. Cantaban, bailaban y se repartían el micro sin necesidad de que el reportero tuviese que darles la vez. Muchos de ellos estaban borrachos y no se les entendía bien lo que decían, pero sí que dejaron claro a quién querían como rival en semifinales de la Champions: al Atlético de Madrid. Ahora toca esperar lo que hagan Barça y Juve por un lado y Mónaco y Borussia por otro. Después, que sea lo que Dios y los bombos quieran.
No hay comentarios