25 Oct Ciclistas metidos a escritores

La vida de un ciclista profesional es tan interesante que muchos corredores se han animado a contarla en un libro

Isabel Arroyo Sauces

Subidas, bajadas, contrarrelojes, montaña… Los amantes del ciclismo renuncian cada verano a una siesta en la cama para ver todas las tardes qué sucede en cada etapa del Tour de Francia o de la Vuelta a España. Si este deporte despierta tantas pasiones entre los aficionados, ¿qué no despertará en aquellos que dedican su vida profesional a montar en bicicleta? ¿Es posible describirlo con palabras? Para algunos sí. Hay ciclistas que no han querido dejar escapar la ocasión de dejar plasmadas sus experiencias (tanto buenas como malas) en un libro. Ravelo hace un repaso de las obras en papel más relevantes escritas por corredores.

Gregario, de Charly Wegelius

Dicen que a la historia solo pasan los ganadores, los cuales son los únicos que, con el paso del tiempo, los aficionados recuerdan. Sin embargo, aquellos que no tienen un podio, una medalla o un triunfo de etapa en su palmarés también guardan detrás una historia de esfuerzo y sacrificio que vale la pena conocer.

Como ciclista profesional, Charly Wegelius nunca ganó nada

Charly Wegelius ha sido uno de los ciclistas más conocidos del pelotón internacional durante la década de los 2000. Sin embargo, en su palmarés no cuenta con ninguno de los maillots de las tres grandes vueltas. ¿Por qué? Porque el ciclismo es un deporte de equipo y él en el suyo cumplía con el papel de gregario, es decir, el encargado de conseguir que su líder fuese el ganador.

Gregario habla de un sueño y, a la vez, de la dura realidad

Gregario es la historia de un hombre que de pequeño soñaba con disputar el Tour de Francia y una vez cumplió su sueño, descubrió al mismo tiempo la dura realidad: sueldo precario, noches en hoteles que dejan mucho que desear, caídas que ponen en peligro toda una trayectoria… y lo peor de todo: la consciencia de saber que se trabaja para otro y de que tu nombre nunca estará escrito junto al de las grandes leyendas del ciclismo profesional.

En una época en la que el dopaje estaba a la orden del día en el ciclismo, Wegelius siempre corrió limpio

De lo que sí puede presumir Wegelius es de haber sido honrado durante toda su carrera deportiva. Y es que a este corredor le tocó compartir época con Lance Armstrong, entre otros. Dicho de otra forma, era cuando el dopaje en el ciclismo estaba a la orden del día. Sin embargo, Wegelius ha preferido tocarlo solamente un par de veces en este libro para demostrar que demasiadas piedras tenía ya en el camino como para echarse encima una más.

Mi lucha, de Thomas Dekker

Hay corredores profesionales como Charly Wegelius que pueden estar orgullosos de haber corrido limpios durante toda su carrera deportiva. Otros como Thomas Dekker, no tanto.

Cuando Thomas Dekker era pequeño, era fan de Miguel Induráin, pero para parecerse a él, tomó el camino equivocado

Cuando Thomas Dekker era pequeño, era fan de Miguel Induráin y lo admiraba tanto que si el ciclista navarro tenía algún contratiempo, él se iba con un berrinche a la cama. Quería parecerse encima de la bicicleta a Induráin, pero para ello, tomó el camino equivocado.

Dekker no supo asimilar ni la fama ni la cuenta corriente llena de ceros

Uno de los pecados del corredor neerlandés fue caer en manos del doctor Eufemiano Fuentes, es decir, con el dopaje. De hecho, Dekker comenta en su libro muy detalladamente qué es lo que siente cada vez que la aguja traspasa su piel. Otro de sus pecados fue el no saber asimilar ni la fama ni la cuenta corriente llena de ceros. Drogas, malas compañías, despilfarro de dinero, citas en locales de alterne… Thomas Dekker tenía mucho talento para la bicicleta, pero una mala vida le hizo tirarlo a la basura y caer en el abismo. En resumidas cuentas, Mi lucha es un manual de instrucciones acerca de todo lo que no se debe hacer.

Sagan. Mi mundo, de Peter Sagan

Según el diccionario de la RAE, la palabra autobiografía se utiliza para hacer referencia a la «vida de una persona escrita por ella misma». Desde ese punto de vista, Sagan. Mi mundo no se puede considerar una autobigrafía, pues no sigue la estructura «Nací tal día en tal sitio, mi infancia fue así y mi adolescencia, asao».

El libro de Peter Sagan no puede considerarse una autobiografía

Peter Sagan habla en este libro de los tres mundiales que él mismo ha ganado, concretamente los de 2015, 2016 y 2017. Esta hazaña, hasta la fecha, solo la ha podido conseguir él de forma consecutiva.

A pesar de no tratarse de una autobiografía, Sagan. Mi mundo es sinónimo de Peter Sagan, es decir, que el lector lee esta obra y visualiza exactamente lo mismo que cuando ve por televisión al corredor eslovaco disputando una carrera. Es posible que, incluso, visualice mucho más ya que puede descubrir al Sagan interior. Y es que cuando alguien se pone delante del papel o del ordenador, de algún que otro modo, desnuda su alma.

Sagan escribe con el sentido del humor que siempre lo ha caracterizado

El corredor de los siete maillots verdes en el Tour de Francia refleja en este libro sus motivaciones, su preparación para el ataque final, lo que opina acerca de otros compañeros y rivales de profesión… Todo ello, utilizando ese sentido del humor que siempre lo ha caracterizado. Sin duda, Sagan. Mi mundo está recomendado para todos aquellos amantes del ciclismo que, además, estén buscando una historia entretenida.

Nubes y claros, de Bjarne Riis

En 1996, todos los españoles esperaban que Miguel Induráin lograse la hazaña de ganar su sexto Tour consecutivo. Sin embargo, el corredor navarro no tuvo el rendimiento esperado y pasó el testigo a Bjarne Riis. Años después, el ciclista danés confesaría que se había dopado durante toda su carrera.

Riis cuenta que no tenía remordimientos de conciencia al doparse ya que todo el mundo en aquella época lo hacía

En su libro, Nubes y claros, Riis cuenta que guardaba EPO en la nevera de su casa y que tanto su ex mujer como su actual esposa estaban al tanto. Según el ex corredor danés, el sentimiento de culpa no rondaba por su cabeza en aquel momento ya que lo normal en su época como ciclista profesional era hacer trampas y el dopaje estaba puesto a la orden del día.

Nubes y claros habla también de cómo vivió Riis la victoria de Carlos Sastre con su equipo en el Tour 2008 y del positivo de Alberto Contador entre otros temas

Aparte de su etapa como ciclista tramposo, Bjarne Riis también habla en su libro de otros temas, como la victoria de Carlos Sastre en el Tour de Francia 2008 en las filas de su equipo profesional o el calvario que vivió Alberto Contador tras dar positivo por 50 picogramos de clembuterol. Porque cualquier trayectoria deportiva está llena de momentos buenos y malos. Por eso se llama este libro Nubes y claros.

Pedaleando en la oscuridad, de David Millar

Lo positivo de todas las cosas malas es que luego se pueden contar. Tanto la psicología como la Iglesia Católica hablan del arrepentimiento y la confesión como terapia. Será por eso por lo que hay tantos ciclistas que en el pasado hicieron trampa con el dopaje y después, quieren plasmar sus experiencias escribiendo un libro.

David Millar fue detenido por dopaje y expulsado de la competición internacional

David Millar es otro corredor que en su momento utilizó el EPO para mejorar su rendimiento en el pelotón. De la época del dopaje como el pan nuestro de cada día, el ciclista escocés también cayó en la trampa presionado por su entorno más cercano. Dicha tentación le pasó factura, pues en 2004 fue detenido y expulsado de la competición internacional. Su llegada a los abismos no había hecho nada más que empezar: pérdida de patrocinadores, contratos millonarios, la medalla de oro que había ganado en el Mundial…

Hoy en día, Millar es un militante antidopaje

De todo se aprende y tras una etapa oscura en su vida, Millar salió del pozo. En la actualidad, sigue en activo y además, es un militante antidopaje. Y es que para quien no sepa qué consecuencias tiene utilizar sustancias prohibidas en una carrera, David Millar se las muestra en primera persona pedaleando en la oscuridad, nunca mejor dicho.

@ravelodeporte