Cancerbero: cuando fútbol, mitología y lengua se unen a las puertas del Infierno

Uno de los sinónimos más conocidos de portero presta su nombre a esta posición en honor a un ser mitológico

Isabel Arroyo Sauces

Ilustración de Cancerbero deteniendo un balón: Autor desconocido.

Ilustración de Cancerbero deteniendo un balón: Autor desconocido.

Cualquier lector de Ravelo que se haya suscrito a la lista de correo se habrá podido descargar el e-book gratuitamente 16 aspectos de la vida que creías nada tenían que ver con el periodismo deportivo. Uno de ellos es la lengua española y el reportaje de hoy es un claro ejemplo de la relación existente entre ambos, relación a la cual se suma la mitología. Y es que una lengua tan rica como la española siempre tiene gran variedad de sinónimos para cada palabra, también dentro del campo semántico del fútbol. Para aquel jugador encargado de evitar los goles del equipo contrario, el término más usual es el de portero, pero cómo no, esta palabra también cuenta con sus respectivos sinónimos: arqueroguardametametacancerbero entre otros tantos. Este último término proviene de un ser mitológico. Es aquí cuando fútbol, mitología y lengua se unen a las puertas del Infierno.

El mito del Can Cerbero

Ilustración de Cancerbero: Simon Eckert.

Ilustración de Cancerbero: Simon Eckert.

Tanto la mitología griega como la mitología romana hablan del mismo personaje, pero con el nombre cambiado: Kérberos para los griegos y Cerbero para los romanos. Se trata de un monstruo con tres cabezas de perro y una cola con forma de serpiente que se encarga de vigilar las puertas de Hades, es decir, del Infierno. Su misión era evitar que los muertos salieran de allí y que los vivos no pudiesen entrar. Es por eso por lo que a día de hoy, a los porteros también se les llaman cancerberos, pues estos defienden su propio «infierno», la portería, y evitan que los «vivos», es decir, los goles, entren allí. Según la mitología clásica, Carcerbero era un portero extraordinario, pues en toda su carrera deportiva, solo dejó encajar dos goles: uno fue de Orfeo, que ayudado por los dioses, con un dulce canto lo distrajo para entrar al Infierno en busca de su amada, Eurídice, y otro, del tocayo del equipo local de Alicante, es decir, Hércules. Este último se enfrentó al monstruo de las tres cabezas de perro ahogándolo con la fuerza de sus brazos y lo sacó al mundo exterior para ofrecérselo a Euristeo, el cual se lo había encargado. Sin embargo, cuando Euristeo vio al bicho tan feo y tan terrorífico, decidió no quedárselo y devolverlo al inframundo. Sin duda, el mitológico Cancerbero, en el fútbol actual, habría sido el mejor zamora de todos los tiempos.

Las tres cabezas de los cancerberos del fútbol

Cancerbero era un perro de tres cabezas que evitaba que los vivos entraran al Infierno. Casualidades de la vida, los jugadores de fútbol que han heredado el nombre de este monstruo mitológico también cuentan con «tres cabezas» que, en más de una ocasión, han salvado goles prácticamente cantados: los postes. El portero cuenta con su cuerpo y con sus reflejos para poder detener el balón, pero cuando estos fallan, un buen aliado puede ser el larguero. Aún así, también se dan casos en los que el jugador de campo de turno puede ejercer de Orfeo o de Hércules. Valga como ejemplo, David Villa contra Paraguay en el partido de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010.

El ‘Guaje’ Villa: ¿Orfeo o Hércules?

En resumidas cuentas, Piqué comete un penalti sobre un contrario y Cardozo se prepara para colar el balón en el Hades español. Sin embargo, se encontró con los reflejos de Iker Casillas, el cancerbero, el ‘Santo’. Poco después, vuelve a haber penalti, pero esta vez, de Paraguay sobre España. Xabi Alonso fue el encargado entrar al Hades paraguayo y así fue, pero debido a una mala colocación de la alineación, el árbitro obligó al vasco a repetir la pena máxima. Esta vez, el cancerbero Justo Villar impidió que la pelota entrase a su inframundo. Ya en el minuto 81, Iniesta se apropió del balón y vio a Cesc en buena posición para marcar, así que se lo pasó. El catalán desafió las puertas del infierno paraguayo, pero se topetó con una de las tres cabezas de Cancerbero. El esférico volvió al mundo de los vivos, pero España no se daba por vencida y David Villa volvió a desafiar a Cancerbero. Al igual que Cesc, el ‘Guaje’ se topó con las cabezas del monstruo mitológico, pero su balón fue caprichoso y pudo con el perro. De esta manera, la selección española desafió a Cancerbero y a las estadísticas, pues por primera vez en la historia, pudo pasar de cuartos en unos mundiales de fútbol. El «culpable» fue el gol de David Villa, otro héroe más al que Cancerbero no pudo pararle los pies para entrar al inframundo de Hades.

@ravelodeporte

No hay comentarios

Publicar un comentario