23 Oct Sordolimpiadas: Por qué los sordos no participan en los Juegos Paralímpicos
Las Sordolimpiadas fueron creadas 36 años antes que los Juegos Paralímpicos
Isabel Arroyo Sauces
El mayor evento multideportivo de todos los tiempos es, sin duda, los Juegos Olímpicos y, en el caso de los atletas discapacitados, los Juegos Paralímpicos. En estos últimos, hay cabida para deportistas con miembros amputados, invidentes, con parálisis cerebral o discapacidad intelectual.
En los Juegos Paralímpicos participan atletas con miembros amputados, invidentes, con parálisis cerebral o con discapacidad intelectual
Cualquier avispado que haya entrado a leer este artículo pero que desconozca cómo funcionan los Juegos Paralímpicos habrá observado que la discapacidad auditiva falta en esta lista: ¿Por qué los sordos no participan en los Juegos Paralímpicos?
La sordera, una discapacidad complicada para la competición
¿Dónde encajar a las personas sordas a la hora de competir? En principio, deberían estar incluidas dentro de los Juegos Paralímpicos. Sin embargo, los sordos en este caso son especiales. La discapacidad auditiva parte con ventaja sobre otro tipo de discapacidades, como la visual o la intelectual. Y es que estas dos últimas mencionadas necesitan adaptar las distintas disciplinas deportivas para poderlas llevar a la práctica (excepto el golbol, que fue creado exclusivamente para ciegos), pero la sordera no necesita ninguna modalidad adaptada, pues cualquier persona sorda puede correr, montar en bici o jugar al fútbol entre otras cosas igual que una persona oyente.
A diferencia de otras discapacidades, la sordera no necesita ninguna modalidad adaptada
¿Podría competir entonces una persona sorda con otras oyentes sin ningún tipo de discapacidad? También sería complicado. Hay que tener en cuenta que los sordos se guían por la vía visual mientras que los no discapacitados lo hacen a través de la vista y el oído. Por ejemplo, en un deporte de equipo, el discapacitado auditivo no puede oír las órdenes de su entrenador igual que sus compañeros. O en las carreras, donde el atleta sordo no puede oír el pistoletazo de salida y partiría con desventaja ya que tendría que perder tiempo para mirar al juez que le indique salir.
Las Sordolimpiadas
Las Sordolimpiadas son el campeonato multideportivo por excelencia de las personas con discapacidad auditiva. Al igual que ocurre con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, existen Sordolimpiadas de Invierno y Sordolimpiadas de Verano. Los deportes que compiten en la edición de invierno son el esquí alpino, el esquí de fondo y el snowboarding a nivel individual y el curling y el hockey-hielo a nivel de equipos. Por su parte, en verano participan el atletismo, el tenis, el tiro, el bádminton, los bolos, el taekwondo, el tenis de mesa, el judo, el kárate, el ciclismo, la lucha libre, la lucha grecorromana y los bolos a nivel individual y el fútbol, el baloncesto, el balonmano, el voleibol, el waterpolo, el voley-playa y el fútbol-playa a nivel colectivo.
En las Sordolimpiadas, todos los avisos son visuales y cualquier tipo de audífono está prohibido
En las Sordolimpiadas, todos los avisos son visuales. Por ejemplo, mientras que en una carrera estándar, el pistoletazo de salida indica el momento de empezar a correr, en las carreras para sordos hay un destello que indica la salida. En cuanto a los deportes de equipo, los árbitros ondean una bandera en lugar de tocar el silbato. Por supuesto, todo tipo de audífonos o implantes cocleares están prohibidos.
La primera edición de las Sordolimpiadas tuvo lugar en París en 1924, es decir, 36 años antes que los Juegos Paralímpicos, que fueron creados en 1960. Se celebran cada cuatro años alternándose dos y dos las de verano y las de invierno. De 1940 a 1948 no se celebraron Sordolimpiadas debido a la II Guerra Mundial y a partir de ahí, siempre se han celebrado en años impares. Las Sordolimpiadas de Invierno tuvieron su primera edición en 1949. Las dos primeras ediciones coincidieron con las de verano, pero a partir de ahí, se fueron alternando respetando que siempre fuesen los años impares. La próxima edición de las Sordolimpiadas de verano serán en 2021 y las de invierno, en 2023.
Las posibilidades de incluir a los sordos en los Juegos Paralímpicos
A pesar de que las Sordolimpiadas cuentan con más antigüedad que los Juegos Paralímpicos y allí solamente los sordos son los protagonistas absolutos, lo cierto y verdad es que las Sordolimpiadas no cuentan ni con una décima parte de visibilidad de la que cuentan los Juegos Paralímpicos. Es por eso por lo que a muchos atletas con discapacidad auditiva les encantaría compartir evento deportivo con deportistas con otras discapacidades.
En los 80, el COI intentó fusionar las Sordolimpiadas y los Juegos Paralímpicos, pero la idea fracasó por falta de acuerdo entre ambas partes
Durante la década de los 80, el Comité Olímpico Internacional intentó dar cabida a los deportistas sordos en los Juegos Paralímpicos, pero la idea fracasó ya que los organizadores de las Sordolimpiadas y los de los Paralímpicos nunca llegaron a un acuerdo debido a los costes que esta fusión supondría. Uno de los temas más importantes para los atletas con sordera en los que nunca llegó un acuerdo formal fue en el de los intérpretes de lengua de signos. Por este y otros motivos, las Sordolimpiadas y los Juegos Paralímpicos siguen siendo competiciones independientes.
Jaime Martínez Morga, el último medallista español sordolímpico
La última edición de las Sordolimpiadas se celebró en el año 2017 en la ciudad turca de Samsun. De aquella competición, la delegación española aterrizó con una medalla de bronce y siete diplomas sordolímpicos. El medallista fue Jaime Martínez Morga y la prueba en la que subió al podio fueron los 800 metros.
La última medalla que consiguió España en unas Sordolimpiadas fue el bronce del murciano Jaime Martínez Morga
Desde muy pequeñito, el murciano era aficionado a todos los deportes, pero se decantó por el atletismo por su multitud de modalidades. Sus padres lo apuntaron a una escuela de atletismo para que se relacionara con más niños y allí empezó su nueva vida. Y es que Martínez Morga es el primero en reconocer que la sordera no ha sido nunca ningún impedimento a la hora de practicar deporte. O sí. Porque por ser atleta sordo, no está incluido ni en el programa olímpico ni en el paralímpico a la hora de recibir ayudas, por tanto, los gastos corren del bolsillo de su familia. Jaime Martínez Morga ya ha demostrado que no tiene límites. Que no se los imponga tampoco ninguna delegación.
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