Real Madrid-Borussia Dortmund: Dios nos pille confesados

Señores, antes que nada, quería pediros perdón por haber estado tanto tiempo ausente en este blog. Lo cierto es que pude ir al partido de Copa del Rey entre Toledo y Villarreal pero por imprevistos, no pude escribir la crónica. Por otra parte, la semana del Clásico también estuve ausente en Alrededor del estadio, más que nada, porque no me pude acercar ni al Calderón ni a Butarque ni a ningún sitio. Os aviso desde ya que no todas las semanas podré actualizar este blog ya que no siempre voy a tener la oportunidad de poder irme alrededor del estadio de turno para ver lo que sucede antes, durante y después de un partido. Dicho esto, volvemos a la tarea.

Uno de los puestos de bufandas alrededor del Bernabéu: CR.

Uno de los puestos de bufandas alrededor del Bernabéu: CR.

En la última jornada de la fase de grupos de Champions tocaba volver al Santiago Bernabéu (bueno, a los alrededores mejor dicho). Por una parte, al ser día laboral, no me extrañé al no verlo todo petado, aunque por otra sí: ¡Si al día siguiente era festivo! Aunque pensándolo bien, quizá fuera también porque la gente es más prevenida que yo, tiene mejor controladas las distancias de Madrid, no son víctimas de la ley de Murphy y salieron de sus casas con el tiempo necesario. El caso es que yo, como siempre, iba tarde, por lo que no me pude permitir el lujo de parar en Nuevos Ministerios para luego ir andando tranquilamente hasta el Bernabéu, sino que tuve que hacer transbordo para llegar hasta la misma puerta del estadio. El metro estaba en calma, es más, había asientos vacíos. Solamente en las paradas finales se montaron unos aficionados del Dortmund, pero poco más fútbol se respiraba en aquellos vagones. Luego, como siempre, todo eran prisas y más prisas. Tantas que me crucé con unos aficionados que estaban conversando entre ellos y ni siquiera pude fijarme en si estaban hablando en alemán o en español. Los puestos continuaban en pie con las ventas de última hora antes del encuentro. Desde luego, quien se parase a comprar algo en ese momento, corría el riesgo de perderse el primer cuarto de hora del partido.

El despertar de los dormidos

En cuanto al partido en sí, cabe destacar que Zidane puso de titular a James, el cual durante los primeros minutos puso todo su empeño en que entrara la pelota, aunque no lo consiguió. Parecía como si quisiera reivindicarse ante tantas polémicas que lleva acaparando y que todavía acapara desde la temporada pasada hasta ahora. También llevaba bastante tiempo dormido Karim Benzema. No es porque no marcara goles porque ya sabemos que el francés no solo es experto en participar en el juego de cara a la portería, pero es que en los últimos partidos únicamente destacaba por su ausencia o peor que eso: por estar sin estar dentro del terreno de juego. Y es que Benzema es un delantero especial tanto para bien como para mal y si previamente había sido muy cuestionado por los aficionados que hasta querían llevarlo a la hoguera, el miércoles marcó dos señores goles que le valieron el aplauso del Bernabéu cuando Zidane lo cambió por Morata. Por cierto, el segundo de los tantos fue a pase de James. Así fue el despertar de los dormidos. Ahora que aprenda Coentrão.

Empate de doble filo

El Real Madrid tenía muy contenta a su afición y a la vez, angustiada. Y es que el Borussia Dortmund es el Borussia Dortmund y jamás le pone las cosas fáciles a los miembros de la Casa Blanca. Los alemanes contaban con un Aubameyang muy inspirado que en el minuto 60 bajó a los merengues de las nubes. El gol que marcó le supo a poco y siguió intentándolo más, pero no volvió a rematar a puerta. En cambio, sí que se lo puso en bandeja a su compañero Reus para que este marcara el 2-2. Final del partido y Real Madrid, segundo de grupo. ¿Cómo se lo tomaron en el bar? Unos pensaban que se trataba de una estrategia ya que en esta fase, los segundos son a priori más fuertes que los primeros. Otros pensaban que los hombres de Zidane no han sabido hacer las cosas bien, pues son el Real Madrid y un equipo con tanto prestigio y nombre no se puede permitir el lujo de quedar segundo de grupo.

Los antiatléticos y el postín

Si habéis leído otros posts míos ya lo sabréis y si no, os lo digo ahora: yo soy madridista, pero no antiatlética. La verdad es que no sé si será porque no soy madrileña, pero en serio, este pique tan grande entre blancos y rojiblancos a la altura de la rivalidad Madrid-Barça solo lo he visto en la capital de España y he vivido en muchos sitios para poder contrastarlo. Pues eso, yo no soy antiatlética, pero otros clientes del bar sí. Estos (mejor dicho, estas) se alegraban de haber dejado al Borussia Dortmund en el bombo contrario al Atlético de Madrid. Pobre camarero, que es aficionado al Atlético y trabaja en un bar enfrente del Bernabéu con su camiseta rojiblanca oculta bajo la ropa del trabajo. Este quería apañarle a la chica un novio buena gente del Atleti, pero ella se negaba. Aunque puestos a pedir, el Real Madrid tampoco es perfecto y ahí empezó otro tema de conversación lleno de grandes dudas existenciales: ¿Por qué el club blanco es tan postinoso que no nos da ni la hora? ¿Hasta qué punto tienen la culpa la cantidad de millones que ganan y hasta qué punto tenemos la culpa los propios fans? A todo bar que voy me gusta mucho charlar con la gente de allí y contarle batallitas mías como periodista. Esta vez se me ocurrió hablar de la cara de imbécil que se me quedó cuando le pedí a un ex jugador del Real Madrid que escribiese el epílogo de mi libro Anecdotario Madridista. El madridismo como nunca te lo habían contado (próximamente a la venta, ya os hablaré de él) y me dijo que no. Entonces, la chica antiatlética opinó que al pobre ex jugador le había pedido algo muy macabro. ¿Sabéis por qué? Porque ella tenía la palabra epílogo relacionada con la muerte. Vamos, que se creía que yo le había pedido a este hombre que escribiera unos versos sobre mi tumba o algo así. Madre de Dios, para empezar, no tengo todavía intenciones de morirme tan pronto y además, tampoco le obligaría a nadie del Madrid a ir a mi pueblo para ver mi funeral. En fin, que cuando los demás entendimos el malentendido, solo pudimos hartarnos de reír. Que Dios nos pille confesados.

Noche de primavera en diciembre

Así estaban los alrededores del Santiago Bernabéu justo al finalizar el Real Madrid-Borussia Dortmund: CR.

Así estaban los alrededores del Santiago Bernabéu justo al finalizar el Real Madrid-Borussia Dortmund: CR.

Como siempre voy con prisas al comienzo de los partidos, me es mucho más fácil sacar fotos y hablar con la gente justo después de terminar. La noche del miércoles invitaba a ello: a pesar de ser diciembre, hacía una temperatura estupenda en Madrid. Como siempre digo (porque lo he vivido en primera persona), es muy probable que la gente que nunca haya estado alrededor de un estadio cuando hay partido piense que todo este ambiente es un caos, pero ni mucho menos: las calles están llenas de gente celebrando la fiesta del fútbol, las aficiones se mezclan (y algunos tienen la amabilidad de posar para mi cámara), los bares se llenan… Además, a pesar de que había mucha gente alrededor del estadio, se podía respirar. No sé, pero merece la pena estar ahí para luego poder redactar este blog.

El próximo encuentro será otra vez en el Bernabéu el sábado 10 de diciembre en partido de Liga, donde el Madrid se enfrentará al Deportivo de La Coruña. Si Dios quiere, allí estaré. Una vez acabe esta jornada, lo más probable es que Alrededor del estadio no vuelva hasta después de Navidad ya que la semana que viene me voy a casita. De todas maneras, la página web de Córner-Rítmica seguirá actualizándose martes y viernes (y pronto tendréis la entrevista de la aguja en un pajar que estuve buscando durante el Real Madrid-Sporting de Gijón. Sí, estoy loca, pero quien la sigue, la consigue). Nos vemos pronto.

@Isabel_Arroyo

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