07 Oct Margarita Mamun, embajadora de Inglot en Rusia
La famosa marca de maquillaje apuesta por la campeona olímpica como reflejo de una mujer rusa brillante
Cuando un atleta logra ganar una medalla olímpica, las marcas se lo rifan para lanzar nuevas campañas publicitarias. De esta manera, el deportista no solamente consigue un nuevo patrocinio que le ayude económicamente a seguir con su carrera, sino que además, se da a conocer entre la opinión pública, la cual se suele olvidar de estos héroes nacionales una vez los Juegos Olímpicos echan el telón de cierre. Esta cuestión varía según el deporte y según el país.
En Rusia, deportes como la gimnasia rítmica son toda una institución. Es por eso por lo que la marca Inglot ha apostado por la campeona olímpica Margarita Mamun como imagen de su nueva colección de maquillaje para la temporada de otoño, que verá la luz este sábado 8 de octubre. «Es un honor para mí ser la embajadora de esta colección», expresa la gimnasta en su perfil de Instagram.
Inglot quiere rendir homenaje a la mujer rusa, especialmente a aquella que es deportista y lucha cada día por superarse y desafiar todos los límites posibles. La marca de maquillaje no solo ve a las rusas como unas mujeres hermosas, sino también brillantes. Y es precisamente brillo lo que le sobra a Margarita Mamun cuando sale a defender sus ejercicios en el tapiz.
Una gimnasta diferente
Margarita Mamun tiene nacionalidad rusa y representa a Rusia en todas las competiciones internacionales. Sin embargo, no es la típica gimnasta rubia de ojos azules y blanca tez, sino justamente todo lo contrario. Esos rasgos morenos se deben a los genes de su padre (fallecido una semana después de que Mamun se proclamara campeona olímpica en Río), de origen bangladeshí. Por otro lado, Margarita también destaca por su estatura, 1’70. Muy alta con respecto a las características estándares de una gimnasta de rítmica.
La sorpresa de Río
Margarita Mamun partía a Río como segunda gimnasta de la delegación rusa en categoría individual. La gran favorita para hacerse con el oro era su compatriota, Yana Kudryatseva. Esta última bordó los ejercicios de aro y pelota, pero al llegar al final del de mazas, perdió el control de una de ellas y en consecuencia, el título olímpico. Por su parte, Mamun firmó una competición perfecta en los cuatro aparatos. Con las mazas y al ritmo de Queen, la gimnasta ruso-bangladeshí bordó el ejercicio y fue de las pocas competidoras que no tuvo ningún fallo. La última rotación era la de cinta y Margarita sabía que si lo bordaba, era campeona olímpica. Así fue: contra todo pronóstico, la que iba como segunda del equipo, adelantó a la primera y subió al escalón más alto del podio.
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