04 Sep Rubén Orihuela: la lucha contra la discriminación del hombre en el deporte femenino
Gracias a sus reivindicaciones, la federación creó el Campeonato de España de Gimnasia Rítmica Masculina
Isabel Arroyo Sauces
El feminismo está de moda. Día tras día, las féminas recuerdan todo lo que ha costado a lo largo de la historia conseguir la igualdad entre hombres y mujeres. También reivindican la libertad de la mujer y quieren dejar bien claro que esta está más que preparada para cualquier reto que se le ponga por delante.
En muchos periódicos deportivos, destacan de las deportistas más su belleza física que sus marcas o su palmarés
En cuanto al deporte se refiere, muchos son los titulares que destacan de las deportistas más su belleza física que sus marcas o su palmarés. Por ejemplo, Yelena Isinbayeva posee el vigente récord del mundo en pértiga, pero hay que destacar que es muy guapa y que tiene unos ojos muy bonitos. O Lydia Valentín, que es un referente en España de la halterofilia y cuenta con tres medallas olímpicas en su palmarés, pero la noticia es que es una chica muy coqueta y se maquilla.
Lydia Valentín tiene tres medallas olímpicas en su palmarés y la noticia es que es una chica muy coqueta
También cabe destacar que, a nivel mundial, todas la presentadoras y reporteras deportivas poseen una belleza y un atractivo espectacular, lo que hace sospechar que, a la hora de que el jefe contrate a una mujer para trabajar en el periodismo deportivo, solo tenga en cuenta el físico. En un mundo así, quién le iba a decir a un hombre, Rubén Orihuela, que tendría que ser él el encargado de luchar contra la discriminación sexista.
Rubén Orihuela y el machismo del que nunca tuvo culpa
Rubén Orihuela no es un hombre machista. Él no vivió la época en la que las hijas estaban educadas solo para casarse y formar una familia, cuando las mujeres no tenían derecho al voto o no podían abrir una cuenta corriente sin la autorización expresa de su marido. Tampoco es el jefe que despide a una empleada suya por quedarse embarazada. Rubén Orihuela solamente era un enamorado de la gimnasia rítmica y se veía con cualidades para competir.
Amor por la gimnasia rítmica
Cuando Rubén Orihuela era pequeño, la gimnasia rítmica era un deporte solo de niñas. Así lo veía él porque solo las niñas la practicaban, pero eso le daba igual. Le encantaba ver a sus compañeras hacer gimnasia rítmica en el recreo y cuando estas entrenaban en el pabellón, Orihuela las imitaba desde la grada. Fue entonces cuando la entrenadora se quedó impresionada por sus cualidades y decidió incluirlo en el equipo. Rubén tenía 11 años.
Rubén Orihuela se enamoró de la gimnasia rítmica cuando veía a sus compañeras practicarla en el recreo
Los niños son muy crueles. No entienden al diferente, no toleran que alguien haga algo distinto a los demás. Es por eso por lo que si ven a un niño practicar gimnasia rítmica, lo llamen marica y le digan que está haciendo cosas de niñas. Por otra parte, las niñas tampoco son unas santas, pues en una entrevista para El Español, Rubén Orihuela recuerda que sus compañeras no le hablaban, le hacían el vacío y lo criticaban a sus espaldas. A pesar de todo, el pequeño Rubén amaba la gimnasia y era consciente de que, si quería continuar luchando por lo que le gustaba, tendría que cargar con el qué dirán y no importarle.
Su mayor obstáculo
Rubén Orihuela quería demostrar que ser varón no supone ningún impedimento a la hora de practicar gimnasia rítmica. Y lo consiguió. Mientras competía en categoría open, no tuvo inconvenientes. El problema llegó cuando cumplió la edad de competir en la categoría absoluta. Y es que dos meses antes, Rubén Orihuela recibió la noticia de que tendría que quedarse fuera del torneo por ser un chico.
Cuando llegó la hora de competir en la categoría absoluta del Campeonato de España, la federación dejó fuera a Rubén Orihuela por ser varón
La RFEG no contemplaba la participación masculina en la categoría absoluta de gimnasia rítmica. Además, ordenó a las federaciones autonómicas la regulación de los torneos autonómicos y la Federación Valenciana, comunidad autónoma del gimnasta, acató las decisiones de arriba. Sin duda, el mayor varapalo para alguien que llevaba muchos años preparándose para ese momento.
¿Qué habría pasado si fuese al revés? ¿Qué habría pasado si a una chica no la hubiesen dejado competir en una disciplina deportiva determinada solo por el mero hecho de ser mujer? ¿A que lo habrían llamado discriminación? Pues así se sintió Rubén Orihuela. El gimnasta no podía comprender cómo las mujeres luchan todos los días por la igualdad, pero luego rechazan la inclusión dentro de la gimnasia rítmica.
Ni Rubén Orihuela ni su entorno entendían por qué las mujeres luchan por la igualdad, pero luego rechazan la inclusión dentro de la gimnasia rítmica
Rubén Orihuela puso el grito en el cielo. Para dar a conocer su situación, acudió a los medios de comunicación y su historia apareció en España Directo. Afortunadamente, Rubén encontró apoyo en gimnastas de élite como Almudena Cid, que lo apoyó desde el primer momento y juntos hicieron presión en el Ministerio de Igualdad. Y es que la igualdad es eso: igualdad. Un concepto que no inclina la balanza ni a favor de los hombres ni a favor de las mujeres.
El valioso legado de Rubén Orihuela
Quien la sigue la consigue. La RFEG rectificó y en 2009, creó el Campeonato de España de Gimnasia Rítmica Masculina. Rubén Orihuela, ese que tanto luchó por hacer justicia, se llevó el título hasta en siete ocasiones: 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 y 2016. También había ganado en categoría open en 2007 y 2008 y en 2015 se colgó el bronce. A principios de verano, la RFEG aprobó el conjunto mixto. Cada vez son más los niños interesados en este deporte y ojalá algún día puedan ver su sueño cumplido de participar en Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos. Ese es también el sueño de Rubén Orihuela, que actualmente es entrenador y desde 2014, lleva a cabo su propio campus internacional de gimnasia rítmica. En él participan chicos y chicas. Porque el gimnasta valenciano sí tiene claro lo que es la igualdad de verdad.
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