29 Nov Real Madrid-Sporting de Gijón: la locura de buscar una aguja en un pajar
Esta es la primera vez que visito los alrededores del Santiago Bernabéu para contar una crónica en este blog. Teniendo en cuenta que vivo bastante lejos de allí, me habría venido de perlas que el partido fuera un poco más tarde, pero como los chinos son los que mandan en los derechos televisivos… Los chinos son los que ponen la pasta y los españoles, las prisas. Y es que para dejarte todo preparado antes de un partido a las cuatro y cuarto de la tarde, tienes que levantarte el sábado a la misma hora que un día laboral, cosa que mi cuerpo se niega y el de mis compañeros de piso también. Me levanté con prisas y con intención de ducharme y lavarme el pelo, igual que ellos. Los tres teníamos muchísima prisa y sentíamos que no íbamos a llegar a tiempo a nuestros destinos. Demasiadas prisas para un solo cuarto de baño.
Metro tranquilo
A la hora de coger el metro, también había que elegir la línea en la que montarse. Para llegar a las puertas del Santiago Bernabéu, hay que bajarse en la estación que lleva el mismo nombre, pero por experiencia de otra vez que fui al estadio a ver un partido, sé que eso es un caos y que en los vagones no se puede ni respirar. Otra opción es salir en Nuevos Ministerios y de ahí al Bernabéu hay diez minutos andando. Me decido por esta elección y la verdad es que acierto: la línea 6 venía muy tranquila. Es más, había muchos asientos vacíos. En Moncloa sube un padre con su hijo, ambos con bufandas del Sporting de Gijón. Al igual que yo, se bajan en la misma parada y me sorprende que no hagan transbordo con la línea 10, que sería lo más lógico para una persona que no conoce Madrid. Me imagino que serían asturianos residentes en la capital de España.
Todavía estaba sin comer y no quise acercarme al Bernabéu por temor a tener que hacerlo sin mesa ni silla. Eran las tres y media y llegaría tiempo a ver el partido si no fuera porque tardan la vida en servirme. Para colmo de males, termino y no me queda otra que pararme en El Corte Inglés a comprarme un paraguas, porque está diluviando.
No todos alrededor ven el fútbol
Yo pensaba que alrededor del Bernabéu, todos los bares iban a estar pegados al televisor viendo lo que pasaba en el terreno de juego, pero no. De hecho, hasta que encuentro uno que tenga puesto el partido, me da tiempo de escuchar desde el estadio que Cristiano Ronaldo acababa de marcar un gol. Según los que había en el bar, eso es lo único que me había perdido.
Con lo que vi la semana anterior alrededor del Vicente Calderón, ya me creía yo una experta con el tema de las sillas. Es por eso por lo que me llamó la atención que en este bar sí que hubiera gente sentada. Los camareros me explicaron que únicamente las retiraban en aquellos partidos declarados de alto riesgo.
Dos goles más
Cristiano Ronaldo vuelve a marcar otro gol. La gente se sorprende: ¿Este no es el que estaba ya acabado? ¡Si hasta ha sido un cabezazo bonito! Sobre este tema, yo tengo mi propia teoría: CR7 estaba esperando a que yo regresara a Madrid, porque mientras he estado en Santaella no ha dado pie con bola y una vez he vuelto a la capital, él ha vuelto a ser el de siempre.
Si había algo que echaba de menos en el bar fue que sirvieran bebidas calientes y más, con el frío que hacía, pero no. Para entrar en calor, dos madridistas que están a mi lado pidieron un chupito de tequila a sabiendas de lo malo que es el alcohol. Sí, beber es muy malo. Tan malo que justo se estaban tomando el trago y marca Carlos Carmona para el Sporting. Si es que…
El por qué apenas hice fotos
Es cierto que llegué tarde al bar y no me dio tiempo a retratar el ambiente que había alrededor del estadio justo antes del partido, pero nada que no se pueda solucionar durante el descanso. Salí a la puerta a ver qué pillaba y lo único que pillé fue la lluvia. Cierto es que debería ser más experta y saber manejar el paraguas y la cámara al mismo tiempo, pero como no sé y tampoco quería mojarme, me metí otra vez dentro. Igual que con las bengalas de los alrededores del Calderón no quise jugarme mi integridad física, ahora tampoco me quería arriesgar a pillar una pulmonía.
Dentro del bar me pongo a mirar Instagram (para quien me quiera seguir, mi perfil personal es @isa.284). Maldita la hora en la que se me ocurre mirar que un seguidor VIP que tengo dentro de esta red social ha subido una foto del Bernabéu en esos momentos. No voy a decir quién es, pero se trata de una persona a la que llevo tiempo queriendo entrevistar para Córner-Rítmica y hasta la fecha no he podido por la distancia. Tengo que verlo, tengo que encontrarlo. Él tiene que saber que quiero promocionar sus libros en esta web. Sí, estoy muy loca y quizás esté haciendo el tonto, pero si no lo hago, seguro que no consigo mi objetivo.
Valiente Sporting
El bar empieza a llenarse de sportinguistas y también de aficionados que habían comprado entrada para ver el partido y se habían tenido que salir antes de tiempo porque tenían localidad en las gradas bajas y estaban empapados.
El marcador continuaba igual: Real Madrid 2-1 Sporting de Gijón. Los asturianos están en zona de descenso y el Madrid es líder de la clasificación de la Liga. Hay mucha diferencia entre el nivel de unos y el de otros y el nombre del ganador es bastante predecible. Sin embargo, hay maneras y maneras de caer derrotado y el Sporting es de esos equipos que no va a visitar el Bernabéu para bajarse los pantalones. Vamos, que le hizo sufrir al Madrid de lo lindo. Hubo una ocasión de empatar con un penalti a favor del conjunto gijonés, pero Cop mandó el balón fuera. La gente se puso a aplaudir y a insultar a este futbolista, menos mal que los sportinguistas ya se habían ido del bar.
El Madrid continúa invicto
De cara al Clásico de la próxima semana (tenéis que perdonarme por no escribir esa crónica en el blog, pero es que es en el Camp Nou y no tengo pelas para ir a Barcelona), el Real Madrid parte con ventaja y pase lo que pase, seguirá siendo líder. Es cierto que los hombres de Zidane no están exponiendo el juego perfecto, pero los de Luis Enrique tampoco. No me atrevería a hacer un pronóstico y seguro que no lo acertaría, pero creo que ambos equipos llegan al Clásico igualados en cuanto a carencias y fortalezas se refiere.
Por cierto, antes de salir del partido, hay quien se ofreció a salir en la foto para esta crónica y yo, encantada. Además, ya os he dicho que apenas había retratado nada porque la lluvia me lo había impedido.
Mi plan sigue en pie aunque fracase
Estaba lloviendo a mares y la gente salía en masa del Bernabéu. Sin embargo, todo eso a mí me da igual cuando se trata de hacer algo tan loco como hacer que el plan salga perfecto y pueda encontrar a mi ansiado candidato a entrevistar. Me imagino que estará por las gradas reservadas para la afición visitante, es decir, justo al contrario de donde yo estaba. Da igual, no tenía nada que perder. Vale, reconozco que estaba haciendo el tonto y no contenta con ello, lo confieso en este blog. Estoy como una cabra, lo sé.
Por el camino, observo cómo los tenderos venden cosillas de última hora y después, quitan los puesto. Uno que vende chucherías se lamenta por haber sido un partido pasado por agua ya que la lluvia afecta a sus ventas.
Sigo rodeando el estadio y me encuentro con algunos aficionados del Sporting. Les pregunto por las impresiones que les ha causado su equipo. Están contentos porque han peleado: ¡Quién sabe si ese penalti hubiese entrado!
Por cierto, aunque no llegué a encontrar a mi seguidor VIP, el mundo sigue siendo un pañuelo. Y es que si el día del derbi me encontré con mis vecinas de Santaella, el sábado me encontré con un compañero de la facultad de Granada al que llevaba muchos años sin ver. Es uno de los que ha tenido suerte y ahora está trabajando de cámara en Antena 3.
La próxima crónica no sé dónde será. Esta vez tocará en Copa del Rey, pero todavía no tengo las cosas claras. Sea como fuere, nos vemos pronto.
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