28 Ene Rayo Vallecano-Extremadura: partido con aires de nostalgia
Isabel Arroyo Sauces
Sí, ya lo sé. Alrededor del estadio es el blog más abandonado que tengo. Para el que no lo sepa, a finales de noviembre, sufrí un esguince y me fui a mi casa a recuperarme. Allí he estado dos meses y no he tenido ningún estadio cerca. Bueno, sí, El Arcángel, pero no he tenido la ocasión de poder ir allí. El caso es que ya tenía ganas de revivir aquellas aventuras de allá por 2016 y 2017, cuando en los alrededores del Bernabéu y del Calderón siempre había fiesta. Sin embargo, ya habéis visto que los bares próximos al Bernabéu andan sosos últimamente y del pobre Calderón solo queda la mitad. En cuanto al Wanda, no he ido desde la inauguración.
Los bares próximos al Bernabéu andan sosos últimamente y del pobre Calderón solo queda la mitad
A ver, ya sé que en la capital, el fútbol es mucho más que Real Madrid y Atlético de Madrid, solo necesitaba tiempo para descubrirlo. Miré en la agenda y tocaba Rayo Vallecano-Extremadura a las seis y cuarto, una hora estupenda porque todavía es de día y puedo hacer fotos con luz. Además, el Extremadura de Almendralejo me causa nostalgia ya que yo viví en Badajoz desde los seis hasta los trece años. Sin duda, la ocasión perfecta para retomar Alrededor del estadio.
Camino de melancolía hacia el Rayo Vallecano-Extremadura
Recuerdo que el primer barrio donde viví en Madrid capital fue Pacífico. Recuerdo también que mis entonces compañeros de piso me dijeron en más de una ocasión que el Estadio de Vallecas estaba al lado, así que decidí bajarme en el metro Menéndez Pelayo para revivir ese camino hacia mi ex piso que con tanto cariño recuerdo. El problema es que el Estadio de Vallecas está al lado de la estación en la que me bajé para ser Madrid, es decir, a media hora andando. Sí, ya sé que en Madrid, tener algo a media hora andando es tenerlo al lado, pero teniendo en cuenta que recientemente he guardado reposo absoluto y que la Avenida de La Albufera es todo cuesta arriba…
La parada de metro para el Estadio de Vallecas no es ni Puente de Vallecas ni Villa de Vallecas, sino Portazgo
A todo el mundo que vive fuera de Madrid le suena el Rayo Vallecano y el barrio de Vallecas, pero por si alguna vez alguien quiere visitar este estadio, hay que tener ciertos aspectos en cuenta:
-En realidad, se trata de dos distritos: Puente de Vallecas y Villa de Vallecas, ambos en la zona sur de Madrid.
-El estadio del Rayo Vallecano se encuentra en el distrito de Puente de Vallecas, concretamente en el barrio de Portazgo. Así se llama también la estación de metro que te deja justo en la puerta del estadio.
Por fin diviso el estadio. Veo banderas de Extremadura en un puesto. La verdad es que no las veía desde la última vez que fui a Badajoz. Se nota ya el ambiente de fútbol. Llego a la esquina y cuando miro para arriba, veo el cartel que indica que estoy en la calle del Payaso Fofó. No me puede resultar más entrañable.
La afición justo antes del Rayo Vallecano-Extremadura
La cosa se empieza a animar. Hay muchos aficionados del Rayo, pero también del Extremadura ya que me encuentro en las puertas del estadio reservadas para la afición visitante. Allí pregunto si han venido de Almendralejo y me contestan que sí, que vienen en autobús y han tardado tres horas y media hasta llegar a Madrid. Se muestran optimistas y aseguran que van a ganar.
Los aficionados del Rayo Vallecano no saben que su entrenador, Paco Jémez, jugó en el Santaella
Justo al lado, veo a un aficionado del Rayo Vallecano y me paro a hablar con él. Este hombre también es optimista y prevé un 2-0. Me pregunta si soy del Extremadura y le contesto que no (creo que la gente de Madrid no sabe distinguir el acento andaluz del extremeño, no es la primera vez que me pasa). Para ganarme su confianza, le pregunto si sabía que Paco Jémez había jugado en el equipo de mi pueblo, es decir, en el desaparecido Santaella. Contesta que no, pero no solo eso: ni siquiera sabe que su míster es cordobés (sí, ya sé que nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero es cordobés de sentimiento y sangre). De todas formas, a pesar de haberme intentado ganar su confianza, no consigo mi objetivo, que era que me dejase hacerle una foto para el blog. Otra vez será.
Más suerte tengo con otro aficionado del Extremadura, quizá porque no le pido retratar su cara, sino su espalda. ¿El motivo? Me gustó la serigrafía de su chaquetón: una cigüeña volando con el escudo del equipo en el pico. La cigüeña es uno de los mayores símbolos de Extremadura, yo dibujé muchas cigüeñas cuando estaba en el colegio de Badajoz. Me paro a hablar con el hombre, me da por hablarle de aquellos tiempos en los que viví por aquellas tierras. Le pregunto por cómo está Almendralejo, pues hace ya muchos años que no he ido allí. Le pregunto también por el zoológico, pero me cuenta que ya cerró, que no salía rentable. Me dio pena: tengo muy buenos recuerdos de aquel sitio.
La cigüeña es uno de los mayores símbolos de Extremadura y los aficionados de Almendralejo la llevan serigrafiada en sus chaquetones
Pasan unos cuantos niños pequeños en fila cuando, de la nada, sale un olor escatológico inaguantable. Los pobres niños no tienen más remedio que taparse la nariz. Para animar el ambiente, los aficionados del Extremadura se ponen a cantar. Me gustaría quedarme un rato más, pero tengo que cruzar porque el partido va a comenzar pronto y quiero ver en qué bar lo veo. Entro justo cuando los Hispanos acaban de proclamarse campeones de Europa sellando así su pase a Tokio. Creo que nos lo vamos a pasar bien.
Rayo Vallecano-Extremadura: Empate a 1 con dos goles azulgranas
Antes de comenzar el Rayo Vallecano-Extremadura, los locales iban más o menos por mitad de la tabla (undécimos) y los visitantes, segundos por la cola. Ahí se podía observar que la diferencia de nivel es bastante grande, por eso, el Rayo Vallecano era el dueño y señor del balón. Parecerá un tópico, pero es que en el fútbol no gana quien juegue mejor ni quien más posesión haya tenido, sino el que más goles haya marcado. Al Rayo le faltó acierto.
En la primera parte, el Rayo Vallecano fue el dueño del balón, pero le faltó acierto
Tanto acierto le faltó al Rayo Vallecano que el 1-0 se lo tuvo que meter un jugador del Extremadura. Fue un gol tontísimo de Emmanuel Lomotey en el minuto 57 en propia puerta. El pobre mediocampista se tendría hasta que tirar de los pelos esa noche. Menos mal que en el 88, Álex Alegría hizo honor a su apellido y marcó para los de Almendralejo. El Rayo Vallecano-Extremadura acabó 1-1. Los de Vallecas merecieron más, pero cada ocasión desperdiciada se paga muy cara.
El Rayo Vallecano-Extremadura acabó 1-1. Los de Vallecas merecieron más, pero cada ocasión desperdiciada se paga muy cara
Terminó el partido y lo normal es que yo me hubiese dado la vuelta de honor al estadio para preguntar impresiones, pero tenía mucho trabajo todavía y la boca del metro justo al lado del bar me invitó a cumplir con mis obligaciones. Me gustó la experiencia. Es la primera vez que he ido a Vallecas, pero no será la última.
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