
11 Oct Oksana Chusovitina vs. Almudena Cid: ¿El anillo pa’ cuándo?
La uzbeca y la española tienen el récord vigente de longevidad en gimnasia artística y gimnasia rítmica respectivamente
Isabel Arroyo Sauces
Tradicionalmente, el deporte es una profesión de corta vida. Es por eso por lo que llama tanto la atención que existan atletas que se atrevan a desafiar tanto a los tópicos como a su propia naturaleza. Ejemplo de ello son Almudena Cid, única gimnasta en el mundo en disputar cuatro finales olímpicas en gimnasia rítmica u Oksana Chusovitina, que recientemente ha sellado su billete en los mundiales de gimnasia artística para Tokio 2020, los cuales serán sus octavos Juegos Olímpicos.
¿El anillo pa’ cuándo?
Jennifer López tiene acostumbrado al público a bailar cada verano una canción suya nueva. En 2018, fue el turno de El anillo, un tema en el que la cantante de sangre latina le recuerda a su amado que con él tiene todo lo que ella quiere, salvo un pequeño detalle: ¿El anillo pa’ cuándo?
¿La retirada para cuándo? Para cuando el deportista lo crea conveniente
En una sociedad llena de cotilleos, solo bastaba esta canción para que todo el mundo se la cantase a aquellas parejas (ya sean conocidas o no) que mantienen una relación estable desde hace ya bastantes años, especialmente, si ya viven juntos. Quizá este sea tu caso y para ti, la pregunta de «¿El anillo pa’ cuándo?» sea la más odiosa del mundo ya que son temas muy personales que solamente le importan a tu pareja y a ti y solo vosotros sabéis si os conviene dar este paso o no. Igual ocurre con los deportistas y la hora de su retirada. Hay algunos que se han llegado a sentir agobiados por la pregunta: «¿La retirada para cuándo?». La respuesta ante esta pregunta tan pesada es muy sencilla: Para cuando el susodicho lo crea conveniente.
Almudena Cid, sus iniciales y un beso en el tapiz

Almudena Cid en el ejercicio de mazas en Atenas 2004: EFE.
Almudena Cid pertenece a la misma generación que las Niñas de Oro que se proclamaron campeonas olímpicas en Atlanta 96. La vitoriana competía en la modalidad individual y acabó novena en aquellos Juegos Olímpicos. Una vez terminada la competición, se propuso continuar hasta Sídney 2000 y lo consiguió. Por aquel entonces, las veinteañeras en gimnasia rítmica ya eran consideradas veteranas. Volvió a quedar novena y volvió a proponerse continuar hasta Atenas 2004. ¿Cómo?
Ya en la capital griega y con 24 años, Almudena Cid volvió a casa con un diploma olímpico bajo el brazo gracias a su octava posición. Para algunos, lo mejor habría sido que la gimnasta española se hubiese retirado ya, pero ella aún tenía en su cabeza el continuar. Un año después, en los Juegos Mediterráneos de Almería, Almudena Cid demostró que, quitando a las gimnastas rusas y de otros países del Este, no había nadie que le hiciera sombra y a sus 25 años, ganó la medalla de oro. ¿Hablaba de retirarse? Para nada.
Lo que más rabia le daba a Almudena Cid era que todos quisieran decidir sobre el momento de su retirada, pero finalmente, fue ella la que decidió dónde y cuándo

Almudena se despide de la alta competición besando el tapiz: EFE.
Contaba Almudena Cid en el programa de Bertín Osborne, Mi casa es la tuya, que lo que más rabia le daba es que todos quisieran decidir sobre el momento de su retirada, pero finalmente, fue ella la que decidió dónde y cuándo. Sería en Pekín 2008, cuando ella tuviese 28 años y en los que serían sus cuartos Juegos Olímpicos. Nadie hasta entonces en su disciplina había conseguido semejante hazaña y sí, Almudena Cid puede contar que ha pasado a la historia de la gimnasia rítmica como la primera y hasta la fecha, única en disputar cuatro finales olímpicas. Un beso en el tapiz junto a sus iniciales dejaron huella de ello.
El récord de Oksana Chusovitina

Oksana Chusovitina: EFE.
Recientemente, Oksana Chusovitina ha conseguido en el Mundial de gimnasia artística celebrado en Stuttgart una plaza para Tokio 2020. Hasta ahí, todo normal, pero lo curioso de este caso es que cualquiera de sus rivales tiene edad de ser su hija. De hecho, la mayoría de ellas ni siquiera había nacido cuando Chusovitina disputó sus primeros Juegos Olímpicos: los de Barcelona 92.
Oksana Chusovitina cuenta con dos medallas olímpicas en su palmarés: oro en Barcelona 92 y plata en Pekín 2008
Oksana Chusovitina participó en sus primeros Juegos formando parte de la Comunidad de Estados Independientes, donde se llevó la medalla de oro por equipos. Después llegaron Atlanta, Sídney… En el año 2002, a su hijo le diagnostican leucemia y, a falta de recursos en su país de origen, Uzbekistán, decide trasladarse a Alemania. Como agradecimiento a este país, la veterana gimnasta decide competir bajo los colores de esta bandera y seis años más tarde, en Pekín 2008, consigue la plata en salto.
Tras Londres 2012, Chusovitina decidió retirarse, pero de la noche a la mañana literalmente, cambió de opinión
Pasaron los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Chusovitina decidió retirarse, pero de la noche a la mañana literalmente, cambió de opinión. En Río 2016 volvió a la cita olímpica e intentó completar el salto de la muerte, aunque no lo consiguió. Quedó séptima y consiguió un diploma olímpico a sus 41 años.

Chusovitina podría ser la madre de cualquiera de sus rivales: Agencias.
Más reciente queda su plata en salto en los Juegos de Asia 2018 (representando de nuevo a Uzbekistán), donde quedó solamente una décima por debajo de la campeona, la surcoreana de 16 años Yeo Seo-Jeong. Podría parecer todo un récord y, de hecho, lo es, pero el gusanillo de gimnasia vive eternamente dentro de Chusovitina y ella siempre quiere más.
El año que viene, Oksana Chusovitina disputará sus octavos Juegos Olímpicos. En un deporte en el cual es tan importante la flexibilidad, cualidad que por naturaleza, el cuerpo va perdiendo con la edad, la uzbeca competirá al más alto nivel con 45 años. ¿Cuál es el secreto? Según la propia Chusovitina, ni ella misma lo puede entender, aunque supone que será una mezcla de genética con entusiasmo.
Dice su entrenador que Oksana no se retirará jamás. La verdad es que da gusto ver la pasión que algunos atletas ponen a su deporte hasta tal punto de desafiar a sus propios cuerpos. Solo ellos se conocen por dentro mejor que nadie y solo ellos tienen que decidir «el anillo pa’ cuándo». Y es que en estos casos, cuanto más se aleja la pedida, más se aproxima la leyenda.
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