10 Jun Montse Martín: «Si no volviera a hacer otro libro sobre rítmica, me puedo morir tranquila con este libro tan bonito que he hecho»
La campeona del Mundo en Atenas 1991 presenta Pinceladas de Rítmica, un libro que ha elaborado junto a su hermano Manuel y con el que ha querido saldar una deuda que tenía pendiente con el deporte de su vida
Isabel Arroyo Sauces
La gimnasia rítmica es deporte y arte, es 100% belleza. Combina danza, música, expresividad, elegancia… y todo ello viene reflejado en Pinceladas de Rítmica, obra que los hermanos Martín, Montse y Manuel han podido sacar a la luz gracias a las mecenas. Para aquellos que no estén puestos en este deporte, Montse Martín es un nombre histórico dentro de la gimnasia rítmica española ya que formó parte del conjunto que subió a lo más alto del podio por primera vez en un Campeonato del Mundo. Fue en Atenas 1991. Ha llovido mucho durante todo este tiempo, pero si hay algo que no ha cambiado nada en Montse es que 26 años después, sigue tan enamorada de la rítmica como el primer día.
Pregunta: Pinceladas de Rítmica es un libro cuya presentación ya muestra por sí sola que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. ¿Hasta qué punto teníais pensada la estética de la obra en un principio?
Respuesta: Yo me dedico al diseño y a la ilustración desde hace un montón de años y este libro que es tan importante para mí, lo quería cuidar muchísimo. Sabía que tenía que hacer un libro lo más bonito posible porque estamos hablando de un deporte donde la estética y la belleza lo es todo. He procurado ilustrarlo yo desde el principio hasta el final y para eso he tenido la facilidad de contar con la editorial, que me ha dejado trabajar como yo he querido. Ha confiado en mí y toda la maquetación y todo el diseño es mío. Lo que sí ha sido difícil ha sido pulirlo ya que va dirigido a un público muy amplio. Por un lado, se trata de toda la historia de la rítmica, así que es un libro, hasta cierto punto, clásico y serio, con mucha documentación y mucho texto. Por otro lado, va dirigido a niñas para que conozcan la historia, así que tenía que entrar por los ojos. Dentro de mi estilo como diseñadora, es todo muy limpio: menos es más, muy blanco, los colores principales son el blanco, el rojo y el negro en toda la cubierta… El rojo es el color del amor y hay muchos corazones en el libro. Yo siempre he dado las gracias de corazón a todo el mundo por habernos ayudado. Los corazones son un elemento en el libro que lo recorren de arriba abajo.
P: ¿Cuánto tiempo os ha llevado elaborar el libro?
R: Llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo, pero hace cuatro años fue cuando realmente nos pusimos en serio y empezamos a trabajar en el enfoque, que quizá sea lo que más nos costó. ¿Cómo lo hacemos: biografías, la historia, gimnastas que hablamos con ellas, lo enfocamos más al lado artístico o a la música? Una vez lo teníamos claro, ha sido trabajar, trabajar y trabajar.
«Sabía que tenía que hacer un libro lo más bonito posible porque estamos hablando de un deporte donde la estética y la belleza lo es todo»
P: Cuéntame un poco vuestra experiencia con el mecenazgo.
R: No se me habría ocurrido nunca meterme en un crowdfunding porque no sé nada de redes sociales, solo lo justo y necesario. Tengo mi Facebook, mi Instagram desde hace poco y lo utilizo básicamente a nivel profesional. Lo del crowdfunding me parecía que no lo iba a saber manejar, pero esta editorial se dedica a eso: todos los libros los sacan así y pensé que con la ayuda de ellos sí que podría ser una buena idea. Además, es muy bonito ya que el contacto con la gente ha sido constante: hemos recibido mogollón de mensajes de apoyo desde el primer día y eso ha sido muy motivador para la última fase de realización del libro, así que pensamos: «Bueno, parece que la gente tiene muchas ganas y que le gusta la idea», con lo cual, vamos a echar el resto para llegar a las fechas a las que queríamos llegar, que era ahora.
P: A la hora de trabajar en equipo tal y como se ha hecho en este libro, ¿de qué manera ha influido el hecho de ser hermanos?
R: Hay que entenderse muy bien y tener mucha confianza para poder tener la misma idea los dos sobre el concepto del libro, para aceptar críticas, aceptar consejos, trabajar unidos… Nosotros nos queremos un montón y nos une la pasión por la rítmica. Ha sido súper fácil trabajar con Manel.
«Hay que entenderse muy bien y tener mucha confianza para poder tener el mismo concepto del libro»
P: ¿Cómo reaccionaron las gimnastas que se han involucrado directamente con la obra cuando les pedisteis colaboración?
R: Muy positivamente. Nosotros, con mucha humildad, nos hemos comunicado con todas las que hemos podido de las 50 gimnastas a través de los contactos que hemos ido descubriendo y sacando y todas han reaccionado muy bien. Lo que pasa es que hasta que no tienes el libro en las manos, no sabes muy bien de qué va. Además, te hablan de un libro desde España, de dos hermanos y de ilustraciones y todas nos decían: «Ah, pues me parece muy bien. Ya lo veremos, ¿no?» Y ha sido cuando lo han visto cuando han reaccionado con mucha emoción, esa sería la palabra. Se han emocionado y lo han agradecido. No se esperaban que fuera un libro de estas características.
P: ¿Por qué esas 50 gimnastas y no otras?
R: El número 50 nos parecía bastante apropiado como para hablar de 30 años de rítmica. Es un número que puede representar toda la historia, pero aún así y aunque sean bastantes 50, nos ha parecido una lista muy corta y ha sido una decisión difícil. Mi hermano lo ha pasado muy mal porque él las conoce a todas y quería meter a alguna gimnasta más, pero para eso, tenía que sacar a otras. Hemos intentado ser justos: todas son gimnastas de mucha calidad, todas han marcado alguna época, han innovado de alguna manera a nivel gimnástico, todas tienen una faceta artística bastante destacable, todas han sido campeonas o con clasificaciones muy importantes a nivel internacional… pero no deja de ser una lista personal que creo que nadie puede discutir en el sentido de que nadie sobra y habrá personas que echen de menos a algunas gimnastas.
«Mi hermano lo ha pasado muy mal porque él las conoce a todas y quería meter a alguna gimnasta más, pero para eso, tenía que sacar a otras»
R: En el libro se dice que no hay nadie que ame ni entienda más de gimnasia rítmica que Manuel. ¿Le habría gustado dedicarse a ella en algún momento de su vida?
R: A practicarla como gimnasta quizá no o al menos, eso es lo que él siempre ha dicho. Pero cuando él era pequeño y venía a los entrenamientos cada tarde conmigo cuando yo estaba en Lleida, practicaba allí al lado donde le dejaban y era increíble la facilidad que tenía para la gimnasia. A nivel de manejo de aparatos, mi hermano es capaz de hacer las máximas dificultades que te puedas imaginar. Cuando en aquella época, la gente hacía lanzamiento y una voltereta, él ya lanzaba las dos mazas, hacía dos volteretas y las recogía. Con la cinta, la pelota y el aro también tenía una facilidad increíble. Lo que pasa es que físicamente nunca tuvo las condiciones de un bailarín, de flexibilidad y cosas así. Le gustaba mucho la gimnasia rítmica, pero era más bien como aficionado. Venía a todas las competiciones desde los 10 años hasta la edad que tiene. No se ha perdido nada y siempre ha estado muy bien informado, por no decir que tiene una capacidad intelectual o de memoria (llámalo como quieras) de almacenar datos que por eso digo que es el que más sabe. Es como un ordenador que tiene grabados todos los datos de la historia de la rítmica desde hace años.
P: Almudena Cid afirma estar segura de que la gimnasia rítmica masculina enriquece este deporte. ¿Qué opinas al respecto?
R: A mí me encanta. Yo los apoyo un montón, me parecen unos valientes por su parte que se metan en un ámbito tan de mujeres y les deseo lo mejor. Todo mi apoyo para ellos. Me gusta mucho. La primera vez que vi a un chico en pista fue a Rubén Orihuela hace un año y medio en Tarragona. Me encantó la fuerza que le pone y que exhiba sus condiciones de cuerpo masculino. De hecho, las tendrían que explotar mucho más y creo que pueden conseguir un nivel de gimnasia muy grande. Además, Rubén es encantador. Yo soy súper fan de él.
«Yo apoyo a la gimnasia rítmica masculina un montón. Me parecen unos valientes por su parte que se metan en un ámbito tan de mujeres y les deseo lo mejor»
P: Retrocediendo 26 años atrás, ¿en qué momento empezaste a ser consciente de que habías hecho historia dentro de la gimnasia rítmica?
R: Es difícil darse cuenta de eso. Con los años le das mucha más importancia. Al principio, dejas la gimnasia y ya es empezar de cero y estás más preocupada por qué vas a hacer a partir de ahora y desgraciadamente en mi época, el haber sido campeona del Mundo no tuvo muchas ventajas en mi currículum a la hora de ganarme la vida, de buscar trabajo ni de nada, con lo cual, no me servía de mucho. No lo tenía muy presente y vivía mi vida intentando iniciarme en otra cosa, pero con los años y quizá también con este libro, donde de alguna manera aparecemos mis compañeras y yo en la historia de este deporte, me han hecho ser más consciente de la importancia de lo que hicimos en ese momento.
P: ¿Se puede explicar con palabras lo que se siente al estar subida en el podio de un Mundial mientras suena el Himno de España en vuestro honor?
R: Es muy difícil describirlo. Son tantos años de trabajo… En aquel momento, yo creo que todas estábamos pensando en nuestras familias. Muchas de ellas estaban allí en Atenas entre el público y sabíamos que estaban llorando y más emocionados que nosotras incluso.
«La escuela española está entre las tres o cuatro mejores en la historia de la rítmica y nos lo tenemos que creer»
P: ¿Cómo ves la gimnasia rítmica española en la actualidad?
R: La escuela española es una escuela muy importante dentro de la gimnasia rítmica. En Pinceladas, por ejemplo, queda claro que está entre las tres o cuatro mejores escuelas de la historia de la rítmica y nos lo tenemos que creer. Tenemos que defender el trabajo que hemos hecho durante todos estos años. Nunca nadie nos ha regalado nada. ¿Cómo la veo en la actualidad? Muy potente y con fuerza a pesar de que es un cambio de ciclo. Tienen chicas nuevas y hay que dejarles un tiempo, pero la escuela española tiene un bagaje detrás que tiene que utilizarlo y, sin duda, volverá a remontar.
P: ¿Qué pueden hacer los medios de comunicación por este deporte?
R: Simplemente informar sobre gimnasia rítmica, de lo que pasa en el día a día y de los méritos que vamos adquiriendo. Hay que ser realistas: no es un deporte minoritario ni es una inmensa minoría aunque resulte un titular muy bonito. Es un deporte mayoritario de mujeres de los más practicados en España. Hay que darle el lugar que se merece.
P: A la hora de anunciar el mecenazgo, explicabas que tenías una deuda pendiente con el deporte que te ha formado como persona. Con Pinceladas de Rítmica, ¿queda la deuda por fin saldada?
R: Sí. Si no volviera a hacer otro libro sobre rítmica ni otro proyecto personal, me puedo morir tranquila con este libro tan bonito que he hecho. Ojalá a raíz de este libro surjan otros proyectos relacionados con la rítmica y yo estaría encantada porque me siento muy cómoda como ilustradora y diseñadora con temas que conozco tanto. A este libro le he metido mucho tiempo de mi vida y la deuda está saldada.
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