
02 Ago Manuel Carrasco vs. Andrés Iniesta: lograr lo imposible
El cantante andaluz y el futbolista manchego tienen algo en común que, ante el público, vale millones
Isabel Arroyo Sauces

Manuel Carrasco: Instagram.
Para saber más acerca de Manuel Carrasco, lo primero que puede pensar cualquiera es en recurrir a la Wikipedia y escribir su nombre. De esta forma, el usuario descubrirá, entre otras tantas cosas, que Manuel Carrasco Galloso nació el 15 de enero de 1981 en Isla Cristina (Huelva) y que es un cantante de pop español que participó en la segunda edición de Operación Triunfo, además de hacer un breve recorrido por su carrera musical. Sin embargo, nadie debe olvidar que las personas somos mucho más que un currículum académico y profesional y que cada cosa que hacemos, decimos o escribimos puede decir de nosotros mucho más que nuestra cara o nuestra trayectoria. De escribir sabe mucho Manuel Carrasco, pues él es el autor de la letra de todas sus canciones. Entre ellas se encuentra Me dijeron de pequeño, incluida en su álbum La cruz del mapa (2018), un tema muy personal que habla de las lecciones que le ha dado la vida, de su propia identidad y de las adversidades a las que se ha tenido que enfrentar hasta llegar donde está. Y es que para conocer mejor a Manuel Carrasco, hay que escuchar atentamente esta canción y descubrir que su mensaje es el vivo reflejo de sí mismo.
El talento no entiende de clases sociales ni de lugares de nacimiento

Andrés Iniesta celebrando el gol del Mundial: Gtres.
Uno de los mayores problemas que tienen la sociedad y los gobiernos es la ignorancia acerca de lo que es el talento. Existen muchos mitos acerca de este, como que la gente talentosa es solamente aquella a la que se le dan bien las ciencias exactas o que el talento solamente se da en las clases sociales altas más acomodadas y en los lugares donde hay más oportunidades. Pues no. Existen hasta ocho tipos de inteligencia y no en todas destaca la misma faceta. Por ejemplo, los cantantes desarrollan más la inteligencia musical y los futbolistas, la corporal cinestésica. Hay jugadores con este tipo de inteligencia muy desarrollada que hacen que cuando el balón está en sus botas, el fútbol se convierta en todo un espectáculo. En el recuerdo quedará el juego bonito que Andrés Iniesta exhibía en su época como jugador del Barcelona y de la selección española. Quizá no todo el mundo sea aficionado al fútbol o les tocó vivir esa época en una infancia muy temprana y no se acuerden de nada, pero en la cultura general de todos los españoles queda que Andrés Iniesta fue el autor del gol que convirtió a España en campeona del Mundo. Un autor hijo de unos padres de clase media nacido en Fuentealbilla, un pueblo de Albacete de unos 2.000 habitantes a mucha distancia de las metrópolis, que es donde están las mayores oportunidades. Porque el talento no entiende de clase social ni de lugares de nacimiento.
O lo amas o lo odias: No hay término medio

Primer logotipo que tuvo Operación Triunfo.
Aquellos amantes de los programas de calidad que no sean profesionales de la comunicación se escandalizarán al descubrir que hay un antes y un después de Gran Hermano en la historia de la televisión, pero es así: los principios de la tele se estudian como paleotelevisión, que comprende entre la década de los 50 y la de los 70 y se caracteriza, sobre todo, por ir dirigida a las familias. La siguiente etapa es la neotelevisión, donde aparecen los formatos talk show (para los más nostálgicos y que esto les suene a chino: El programa de Ana, Sabor a ti, Digan lo que digan, El diario de Patricia…). Ya en 2000, llega la hipertelevisión, donde reinan los programas de telerrealidad, también denominados reality shows. Poco después de Gran Hermano, apareció en la pequeña pantalla Operación Triunfo y con él, poco a poco, los formatos televisivos musicales fueron brillando por su ausencia: sale mucho más barato sacar nuevas promesas y tirar del repertorio. La primera edición batió récords de audiencia, pero cuando a la opinión pública se le pasó la fiebre de OT, la mayoría de esos artistas quedaron en el olvido. Ya en las siguientes ediciones, a los demás concursantes les costó más trabajo conseguir popularidad y muy pocos han llegado a la actualidad con una carrera musical plagada de éxitos bajo el brazo. Y es que lanzar un mal producto al mercado se paga muy caro y llevar en la frente puesta la etiqueta de triunfito puede llegar a ser un gran lastre para aquellos que, supuestamente, fueron unos privilegiados por entrar al programa con más audiencia de la tele y aprender de unos profesionales tan competentes. Hay que ser muy bueno para vencer a semejantes etiquetas tan odiadas por los más melómanos.

Escudos del Real Madrid y del Barcelona.
Al igual que a los amantes de la música les repatea el programa OT, Real Madrid y Barcelona no pueden verse entre sí. La historia se remonta a los orígenes de cada equipo y sí: hay muchas connotaciones políticas. En 1899, un suizo llamado Hans Gamper funda el Barcelona debido a que no lo dejaban jugar en ningún equipo de la Ciudad Condal por ser extranjero. Gamper solo quería crear un club, pero ese club poco tardaría en convertirse en una insignia para el catalanismo. Por su parte, los hermanos catalanes Padrón y Julián Palacios fundaron el Madrid en 1902, pero no fue hasta 1920 cuando el club, por concesión del rey Alfonso XIII, adquirió el título de Real y la corona en su escudo. El Barcelona no es Real Barcelona porque no quiso. Y es que el equipo de la Ciudad Condal no era precisamente monárquico. En cambio, el Real Madrid sí que se consideraba monárquico y muy españolista, de ahí la eterna rivalidad. Es cierto que, entre la afición, hay culés no independentistas, madridistas republicanos, culés monárquicos y madridistas no españoles entre otros tantos ejemplos, pero la rivalidad es absoluta. Si amas al Real Madrid, odias al Barcelona. Y viceversa.
Lograr lo imposible

Andrés Iniesta en su época como jugador culé: EFE.
Uno puede odiar al Real Madrid o al Barcelona, pero si le gusta el fútbol, sabe perfectamente qué jugador es bueno aunque vista la camiseta del eterno rival. Uno puede odiar al Barcelona, pero no puede negar de ninguna de las maneras la calidad y el talento de Messi por encima del resto (lo mismo pasa con Cristiano Ronaldo aunque la gente odie al Real Madrid). Uno puede odiar al Barcelona, pero no puede negar que, en la actualidad, Gerard Piqué es el mejor jugador dentro de su posición. Uno puede odiar al Barcelona, pero no puede negar que Andrés Iniesta y magia en las botas son exactamente lo mismo. La diferencia entre este último y los demás radica en que Iniesta, a pesar de haber defendido la camiseta culé, es un jugador muy querido entre la afición madridista y los demás no. Andrés Iniesta salió aplaudido del Bernabéu una tarde de noviembre de 2015 en la que el Barça le dio un baño al Madrid y el manchego fue el autor del tercer gol. ¿Qué tiene Iniesta para haberse ganado el cariño de la hinchada merengue que no tenga el resto de sus compañeros? Quizá sea su juego limpio, su corrección ante los medios de comunicación o su sencillez, pero el de Fuentealbilla ya tiene algo más de lo que presumir. Porque si ya tiene mérito conseguir dos tripletes, dos Eurocopas y un Mundial, ganarte el cariño, el respeto y la admiración por parte de la afición del eterno rival no tiene precio.

Manuel Carrasco: La Voz.
Operación Triunfo es uno de tantos ejemplos que Carlos Elías Pérez cita en su ensayo Telebasura y periodismo. Con este nombre, sobran los comentarios. Beth reconoció desde el principio que no le gustaba el tema con el que tendría que representar a España a Eurovisión. Muchas ediciones después, Aitana Ocaña y Ana Guerra se quejaron por cantar Lo malo alegando que no se sentían identificadas con el reguetón y se llevaron la bronca padre por parte de los profesores, los cuales les advirtieron que, a lo largo de sus carreras profesionales, tendrían que cantar muchas cosas que no les gustarían. Sin embargo, hay otros concursantes que no han seguido las normas de Operación Triunfo en sus álbumes y solamente se han dejado llevar por sus propias señas de identidad. Curiosamente, estos son los que han salido adelante. Manuel Carrasco dice en la canción Me dijeron de pequeño: «Cuántas veces intentaron que vendiera mis principios, menos mal que no pudieron arrancarme de mi sitio». ¿Quizás ha sido esta la clave para ganarse el respeto por parte de la industria musical y de la opinión pública a pesar de las malas críticas que tiene Operación Triunfo? Probablemente sí. Porque el talento creativo de este andaluz vale más que un reality show y que la canción del verano. Y eso que de pequeño le dijeron: «¿Dónde vas, que tú no puedes?»
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