01 Abr Lia Thomas: Tolerancia sí, pero hasta cierto punto

Isabel Arroyo Sauces

En estos tiempos que corren, la orientación y la identidad sexual de las personas para nada son temas tabú. Siempre nos han enseñado que hay que respetar la opinión de todo el mundo aunque no coincida con la nuestra y que cada uno puede hacer con su vida lo que quiera siempre y cuando no le haga daño a nadie. El problema es que a la gente se le olvida que sus derechos y libertades terminan donde empiezan los de los demás. Además, hoy día está de moda ser más papista que el Papa.

Hay que respetar a todo el mundo, pero a la gente se le olvida que sus derechos y libertades terminan donde empiezan los de los demás

En las últimas semanas, no deja de ser noticia una nadadora de la liga universitaria norteamericana: Lia Thomas. Esta muchacha nació varón con el nombre de Will y como tal ha vivido durante 19 años. Después, hizo la transición a mujer y ahora compite en categoría femenina. La diferencia es notable, pues Will Thomas era el 462 del ranking universitario mientras que Lia Thomas es la número 1. Es aquí cuando a mí me surge una duda: ¿Admitir que en este caso la competición no se juega en igualdad de condiciones ya es transfobia?

Mujeres son las biológicas y las transexuales, pero no es lo mismo

Hace poco, leí una entrevista que le hicieron a la actriz trans Jedet para El Mundo. En ella reconocía que no son lo mismo las mujeres de nacimiento que las transexuales. Las primeras no saben lo que es pasar por una operación de cambio de sexo para que tu cuerpo se corresponda con lo que sientes que eres mientras que las segundas no saben lo que es tener la menstruación. Y no pasa nada, mujeres son unas y otras. Como ejemplo, ponía a los peces: los hay de rayas y de lunares, pero todos son peces.

Hay transexuales como Jedet que reconocen que las mujeres biológicas y las trans no son lo mismo y no pasa nada

Ejemplos de deportistas trans que últimamente han salido a la palestra, aparte de Lia Thomas, son la haltera Laurel Hubbard y la ciclista Emily Bridges. Todas ellas han empezado con el proceso hormonal a la edad adulta, es decir, han desarrollado los músculos propios de la testosterona y eso no se va con un cambio de sexo. Además, a todos les da por deportes de fuerza y velocidad: ¿No le podía dar a ninguno por algún deporte artístico donde prime la flexibilidad, como la gimnasia rítmica o la natación sincronizada?

¿Y los hombres transexuales?

Dentro del salto con pértiga, el récord de mundo femenino está en 5’06 metros y lo posee Yelena Isinbayeva. En cuanto al récord del mundo masculino, este está en 6’20 y lo ha logrado recientemente Armand Duplantis. La diferencia es notable. Balian Buschbaun es un hombre trans que, en su día, compitió como mujer y, entre sus logros están la medalla de bronce en el Europeo 2002, con una marca de 4’50 metros. Ella tenía posibilidades de llegar lejos en Pekín 2008, pero renunció a los Juegos Olímpicos para iniciar la transición de mujer a hombre. Abandonó la alta competición y pasó a ser entrenador.

Balian Buschbaum es entrenador de salto con pértiga mientras que Iszac Henig es un hombre trans que compite con mujeres

Por otra parte, tenemos a Iszac Hening, un nadador transexual que compite en categoría femenina ya que aún no ha empezado su tratamiento con testosterona. En su momento, llegó a ganar a Lia Thomas en la Ivy League. Ambos participan en competiciones femeninas bajo el amparo de la actual ley, pero… ¿eso significa que sea justo? Vale, ellos dirán (con toda la razón) que no tienen la culpa de haber nacido así, pero las mujeres biológicas tampoco.

Gente a favor y gente en contra

Caitlyn Jenner ganó como Bruce la medalla de oro en decatlón en los Juegos Olímpicos de Montreal 76. Esta mujer trans defiende un discurso contradictorio al de la comunidad LGTBI y es la primera que está en contra de que las mujeres transexuales participen en competiciones femeninas. De hecho, no ha dudado ni un solo momento al afirmar que la victoria de Lia Thomas fue injusta.

Caitlyn Jenner se ha echado muchos enemigos encima por defender a las mujeres y niñas biológicas en el deporte

A favor de Lia Thomas se han declarado tanto Megan Rapinoe como su mujer, Sue Bird. Ellas alegan que la sociedad ataca a los transexuales y exigen la igualdad de protección, el mismo respeto y la igualdad de oportunidades. Megan, gran futbolista donde las haya, me imagino que ya sabrá que el fútbol no es una ONG, sino un negocio que no se casa con nadie. Si los clubes se pusieran a fichar a mujeres trans porque estas rinden más y ella dejase de ser una atracción para los patrocinadores, ya te diré yo la gracia que le haría.

¿Y por qué no se hacen categorías trans?

Sé que estoy tratando un tema muy polémico y en Facebook me van a llover palos hasta en el apellido, pero me da igual: Reconocer que mujeres biológicas y mujeres transexuales juntas no juegan en igualdad de condiciones no es transfobia, sino sentido común.

Reconocer que mujeres biológicas y mujeres transexuales juntas no juegan en igualdad de condiciones no es transfobia: es sentido común

¿No sería más justo que se hicieran dos nuevas categorías: hombres trans y mujeres trans? De esta manera, protegeríamos más al deporte femenino y no privaríamos a ningún transexual de ninguna competición. Sabéis que yo voy a saco con los deportistas españoles y si alguno ganase un torneo importante en categoría trans, me sentiría tan orgullosa de él o de ella como de cualquier otro compatriota. Lo mismo que exigís respeto, sed recíprocos también.

@ravelodeporte