La Real Sociedad y el pecado de la no élite

El Barcelona salva un punto en Anoeta con la cabeza puesta en el próximo Clásico. La Real Sociedad jugó mejor, pero no pudo pasar del empate. Muchos dirán que ha sido un resultado injusto, pero ¿de verdad existe la justicia en el fútbol?

Este año está siendo extraño tanto para el Real Madrid como para el Barcelona en cuanto a juego se refiere. Vale que los blancos estén invictos hasta la fecha, pero su juego en la mayoría de los casos deja mucho que desear. Por su parte, el conjunto de Luis Enrique ya no es ni una sombra de lo que fue cuando ganó el triplete. Aún así, los dos grandes equipos de las metrópolis son los que siguen encabezando la clasificación de la tabla junto al Sevilla (que ha dado un cambio radical con Sampaoli a mejor y está siendo la revelación de la temporada) y al Atlético de Madrid (que continúa fiel a la filosofía de Simeone). ¿Por qué?

Los equipos de la llamada otra liga (al menos, la gran mayoría) están cumpliendo bastante bien con su papel. Por ejemplo, Las Palmas o Eibar son conjuntos aparentemente débiles pero que salen al campo a tratar al rival de tú a tú. El Alavés está siendo toda una revelación y se le da muy bien plantarle cara a los más grandes. El Celta de Vigo dejó bien claro al Barcelona a quién pertenece el territorio de Balaídos e incluso el Sporting de Gijón, en puestos de descenso, se negó a bajarse los pantalones ante el Real Madrid en el Bernabéu. Es más, el Granada, que hasta la fecha no conoce la victoria, estuvo a punto de sacar un punto en su visita al Camp Nou.

Este domingo, la Real Sociedad ha sido muy superior al Barcelona en cuanto a juego se refiere. Sus hombres estaban mejor coordinados y han pasado la mayor parte del tiempo amenazando a Ter Stegen. Cierto es que el árbitro no debió anular el gol legal que marcó Juanmi para los vascos, pero el pecado de los equipos como la Real no reside en los árbitros. Los hombres de Eusebio tiraron mil veces a puerta, pero solamente entró una. En cambio, Leo Messi apenas estuvo metido en el partido, pero una ocasión fue suficiente para llegar y besar el santo. Hace una semana, el Málaga vivió una situación similar, solo que los andaluces no llegaron a encajar dentro de los tres palos. Pudieron ganar si esos balones hubieran querido entrar o mejor dicho, si hubieran sabido rematar bien.

Lo que les falta a los equipos medianos y modestos no siempre es calidad de juego, sino un delantero de élite. Jugadores como Messi, Cristiano o Griezmann pueden estar desaparecidos durante todo el partido, tener una mínima ocasión, marcar y ser portada en los periódicos al día siguiente. Es igual que el alumno listo que no tiene necesidad de prepararse los exámenes con varios meses de antelación y aprueba solo con haber estudiado el día de antes. En cambio, los pequeños no se pueden permitir el lujo de fallar tantas ocasiones si quieren sacar provecho de un trabajo en equipo bien hecho. Y es que en el fútbol no gana quien más bonito juega, sino quien marca más goles.

@cornerritmica

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