17 Sep España juega al baloncesto y eso son palabras mayores
Isabel Arroyo Sauces
Esto es un aviso para los desconfiados: España es campeona del Mundo en baloncesto por segunda vez en su historia. También es un aviso para aquellos que creen que aún están soñando: España es campeona del Mundo en baloncesto por segunda vez en su historia. Que sí, que no es un sueño. Despierta, que tus héroes son héroes de verdad.
Siendo sinceros, el baloncesto no mueve tantas masas como el fútbol. Por ejemplo, para este Mundial, no he visto ni una sola bandera de España colgada en el balcón ni tampoco he visto a nadie por la calle vestido de rojigualda. En cambio, cada vez que hay un Mundial o una Eurocopa de fútbol, las banderas lucen en los balcones hasta el final de la competición como mínimo (eso si no gana España. Cuando gana, los pendones se quedan ahí hasta el desgaste) y si resulta la selección española campeona, la gente sale a la calle con la camiseta de España durante una semana.
Otra observación que demuestra que el baloncesto no tiene tanta repercusión como el fútbol es que todo el mundo, sea aficionado o no, sabe quiénes son Leo Messi o Sergio Ramos e incluso en qué equipo juegan. ¿Y de baloncesto? ¿Qué baloncestista conoce la gente que no es aficionada a este deporte? Como mucho, Pau Gasol. Vale, ¿y dónde juega Pau Gasol? Me juego la cabeza a que esta pregunta (sin mirar la Wikipedia) solo sabrían responderla los que están al día, los demás no tienen ni idea. Bien, pues resulta que Pau Gasol no juega el Mundial. «¿Ah, sí? Pues entonces, no valdrá la pena ni verlo», pensarán aquellos a los que no les guste el baloncesto o que no lo sigan habitualmente.
Ha llovido mucho desde 2006
Por mucho éxito que tuviese la selección española de fútbol entre finales de la década pasada y principios de esta, la selección que consiguió el primer éxito durante la edad dorada del deporte español fue la de baloncesto. José Manuel Calderón, Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández, los Gasol y compañía fueron una generación de jugadores inolvidable que, aparte del Mundial 2006, nos dieron muchas alegrías también entre Juegos Olímpicos y Europeos.
La ÑBA era fantástica, pero todo lo que empieza, acaba y de aquel equipo solo quedan Marc Gasol y Rudy Fernández. Ha llovido mucho desde entonces. De hecho, los niños que nacieron en 2006 son hoy adolescentes, por no decir que la red social del momento ni era Facebook, ni era Twitter, ni Instagram: era ni más ni menos que Messenger. Ah, y como aún no había llegado el boom de los smartphones, la gente utilizaba el ordenador para todo: trabajo, estudios y ocio.
Sí, señores, 13 años dan para mucho y aunque parezca que fue ayer, la edad dorada del deporte español ya ha pasado. Hay que asumir que los equipos se regeneran y que talentos como Pau Gasol no nacen todos los días. Quizá con estos argumentos, había gente que no daba un duro por este Mundial. Menos mal que nada es como empieza, sino como termina.
Desde que España descubrió que era el coco hasta el final
Obviemos la fase de grupos hasta el último partido de la segunda ronda. A España le toca cruzarse con Serbia, considerada el coco del Mundial. El objetivo del partido era pasar primeros para evitar así a Estados Unidos en una hipotética final, pero el partido se presentaba muy difícil. Sin embargo, los hombres de Sergio Scariolo demostraron su poderío y los comentaristas de Cuatro no paraban de decir: «A ver si ahora, el coco va a ser España». En serio, pasé muchos nervios, pero no me esperaba que el partido lo fuera a dominar España tan bien y acabara ganando por 81-69.
En cuartos esperaba Polonia y España la derribó por 90-78. Ese mismo día perdió el coco, Serbia, ante Argentina. Por otra parte, al día siguiente, llegó la sorpresa: Francia se carga a Estados Unidos. Con estos resultados, por fin quedaron adjudicadas las dos plazas europeas para Tokio 2020: una para nosotros y otra, para nuestros vecinos galos.
España ya estaba subida en el carro de las medallas, pero quien llega a la semifinal, quiere la final. Sin embargo, Australia no lo iba a poner nada fácil. De todos los partidos de España, este fue el más angustioso, el que agotó los sobres de tila en todos los hogares españoles. Y es que Australia siempre tomaba ventaja y se ponía muy por arriba, así que las circunstancias se pusieron muy difíciles para los españoles. Bueno, ya está. Hemos llegado mucho más alto de lo que esperábamos y todavía nos queda luchar por el bronce, pues subir al podio deja siempre un buen sabor de boca. ¿Cómo? La selección apretaba las tuercas cada vez más, pero la recompensa que tenía no llegaba más que al empate. Y así hasta dos prórrogas. España ganó, pero dejándonos sin uñas. La Copa estaba cada vez más cerca.
¿Y qué os pareció la final contra Argentina? A mí, después de lo de Australia, me pareció hasta tranquila. Estaba comiendo y no me atraganté. Es lo que tiene llevar ventaja desde el principio. La albiceleste demostró garra durante todo el Mundial y si llegó a la final invicta no fue casualidad, pero España fue muy superior. Ya después del partido, lo más bonito, en mi opinión, era la celebración. Esas caras de emoción en el podio mientras suena el Himno de España en su honor no tiene precio.
Grandes héroes, pero humanos al fin y al cabo
Qué mal debe sentirse uno cuando parte como favorito y se queda por el camino. En cambio, cuando nadie da un duro por ti y acabas siendo el campeón, debe ser la caña de España, nunca mejor dicho.
¿A quién dedicarle este título? Sin duda, a las personas que estuvieron ahí también en los malos momentos, que normalmente suelen ser miembros de la familia. Desgraciadamente, muchos de ellos ya no están. Ejemplo de ello es la madre de Ricky Rubio, que falleció hace tres años por un cáncer de pulmón. Como era de esperar, el MVP del campeonato le dedicó este Mundial a ella y afirmó que, donde quiera que esté, se sentirá muy orgullosa de él. ¿Cómo no iba a estarlo? Ricky Rubio ha destacado entre los demás desde que era muy jovencito. De hecho, recuerdo que fichó por el Barcelona y yo, siendo madridista hasta el hueso, no dejaba de admirarlo. Como yo, toda España. Él solito se lo ha ganado.
Rudy Fernández y Marc Gasol son los dos privilegiados que el día de mañana podrán contarles a sus nietos que ellos ganaron dos Mundiales con España. Pau Ribas, Juancho y Willy Hernángomez, Víctor Claver, Sergio Llull, Quino Colom, Javier Beirán, Pierre Oriola y Xavi Rabaseda son los que completan el plantel junto al admirado Ricky Rubio, el mejor del torneo. ¿Quién dijo que esta selección no podía repetir la hazaña de 2006? Queda demostrado que España es una fábrica de talento y el talento continúa de generación en generación. Porque España juega al baloncesto. Y eso son palabras mayores.
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