27 Dic Dopaje en la RDA: Cuando la política mete las narices donde no debe
Las secuelas del dopaje en la RDA continúan vigentes en la vida de los deportistas víctimas de una política de Estado en la que todo valía, menos la salud
Isabel Arroyo Sauces
¿Cuáles son los países que suelen encabezar el medallero en unos Juegos Olímpicos? Sin poner un orden definido, en esta lista se encuentran Estados Unidos, Rusia, China… En general, son países muy grandes tanto en territorio como en población. En la lista también se encuentran naciones como Reino Unido, Suecia, Alemania… estos países no son tan extensos territorialmente, pero sí que están muy poblados y desarrollados. Por ahí, todo es de lógica, pero… ¿acaso no suena a gato encerrado que un país de 17 millones de habitantes (menos de la mitad de España) sea el segundo solamente por detrás de otro que cuenta con casi 300 millones?
¿Acaso no suena a gato encerrado que un país de 17 millones de habitantes sea el segundo en el medallero solo por detrás de otro que cuenta con casi 300 millones?
Este año se ha celebrado el 30 aniversario de la Caída del Muro de Berlín. Y es que esa barrera ya no existe y Alemania ya lleva muchos años reunificada. Sin embargo, hay heridas que todavía no han cicatrizado ni nunca se cicatrizarán. Lo saben aquellos deportistas que fueron víctimas del dopaje en la RDA. Porque la política metió las narices donde no debía y fueron los atletas quienes pagaron el pato tanto con su salud física como con su salud mental.
Heidi Krieger y la pérdida de identidad por culpa del dopaje en la RDA
La República Democrática Alemana quiso utilizar a sus deportistas para dar reconocimiento al país de cara al exterior. Todo valía para subir a lo más alto del podio y para batir un récord del mundo, sin importar las trampas ni lo perjudicial que el dopaje pudiera resultar para los atletas.
Los científicos de la RDA investigaron durante más de diez años para crear el Oral Turinabol, que eran unas pastillas azules disfrazadas de vitaminas que, según los médicos, ejercían como sustancias de apoyo para que los deportistas no enfermaran.
Los deportistas tomaban Oral Turinabol creyendo que eran vitaminas para prevenir ponerse enfermos
Heidi Krieger era todavía una adolescente cuando los ojeadores de la RDA descubrieron su talento para el lanzamiento de peso. La joven ingresó en el equipo nacional y fue entonces cuando los médicos le empezaron a administrar Oral Turinabol a diestro y siniestro. Krieger cumplió con los objetivos del Estado subiendo a lo más alto del podio. Su triunfo más célebre fue el Campeonato de Europa 1986, donde batió la marca de 21,10 metros.
El mayor triunfo de Heidi Krieger fue el Campeonato de Europa 86, donde batió la marca de 21,10
Las victorias de Heidi Krieger pronto empezaron a cobrar el alto precio a pagar por el dopaje en la RDA. Y es que la cantidad desmesurada que los médicos hicieron tomar a la adolescente la hicieron cambiar de aspecto: aumento de peso a marchas dobles, voz más ronca, aparición de vello facial, demorfación de los genitales… Su cuerpo se transformó en el de un hombre porque la cantidad de hormonas masculinas que había en él era incluso superior que las que hay en un hombre biológico.
El cuerpo de Heidi Krieger llegó a tener más hormonas masculinas que el de un hombre biológico
En 1997, decide someterse a una operación de cambio de sexo y adoptar el nombre de Andreas. Según el propio Krieger, le han robado la identidad, aparte de haberle dejado tanto en el cuerpo como en la mente secuelas irreversibles. Este fue el único caso de cambio de sexo, pero el resto de sus compañeras tampoco salieron bien paradas: esterilidad, cáncer, depresión, ausencia de la menstruación, malformaciones en los fetos…
La medalla Heidi Krieger
Después de ser consciente de cómo le habían robado su identidad, después de unas profundas depresiones como secuela del dopaje en la RDA, después de haber pasado tantas veces la idea de suicidio por su cabeza, cada vez que Andreas Krieger miraba su medalla de oro conseguida en los europeos del 86, sentía de todo menos orgullo y satisfacción. Fue por eso por lo que decidió donarla a una asociación antidopaje y pedirles que no la tirasen a la basura ya que eso lo podía hacer él.
Andreas Krieger donó a una asociación antidopaje la medalla de oro que consiguió en el Campeonato de Europa 86
Desde el año 2000, la medalla Heidi Krieger forma parte de un trofeo que se entrega anualmente a alemanes comprometidos contra el dopaje.
La espina que se arrancó Alemania durante el Mundial 2006
Una de las frases más célebres de Napoleón Bonaparte dice que aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla. Es por eso por lo que se estudia Historia en los institutos, pues no se puede comprender el presente sin conocer el pasado. Por otra parte, la vida sigue y uno no puede encerrarse en el pasado. De ahí surgen los complejos de inferioridad de las naciones.
«Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla», Napoléon Bonaparte
España es un gran ejemplo de complejo de inferioridad por el pasado. Muchos españoles piensan que en su país todo se hace mal y que el pasado español es el único que hace hervir la sangre, más como dijo Jesucristo en su momento, «quien esté libre de pecado que tire la primera piedra». Este reportaje es un claro ejemplo de que Alemania, gran ejemplo de país avanzado y desarrollado, también tiene capítulos en su historia para avergonzarse. Tiempo han tardado los alemanes en superarlo.
«Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra», Jesucristo
El Muro de Berlín cayó en 1989 y en 1990, una Alemania unificada ganó el Mundial de Fútbol. En realidad, solo participaron jugadores del Oeste, pero aún así, dicha victoria fue doble: campeones del Mundo, campeones de la unión. Franz Beckenbauer afirmó que una selección formada por jugadores del Este y del Oeste sería invencible.
El Mundial de Italia 90 dio una lección de unión al pueblo de Alemania, pero el Muro de Berlín aún quedaba reciente y las heridas no cicatrizan de un día para otro.
El Mundial de Italia 90 dio una lección de unión al pueblo de Alemania, pero el Muro de Berlín aún quedaba reciente y las heridas no cicatrizan de un día para otro
Mucho llovió hasta 2006, año en el cual le tocó a Alemania ser el país anfitrión del Mundial de Fútbol. Y si a Alemania le tocó ser campeona en Italia en 1990, 16 años después se intercambiaron los papeles y fue Italia la que se proclamó campeona del Mundo en Alemania de la mano de Cannavaro y compañía.
Alemania no fue la campeona en 2006, pero el haber sido el país anfitrión ya fue suficiente motivo como para sacar a la calle su bandera sin complejo de inferioridad
En esta ocasión, Alemania no fue la campeona, pero el haber sido el país anfitrión ya fue suficiente motivo como para sacar su bandera a la calle sin complejo de inferioridad. Porque los alemanes llevaban mucho tiempo arrastrando el dolor de la II Guerra Mundial, de Hitler, del Muro de Berlín, de la vergüenza que causaron los daños del dopaje en la RDA en víctimas inocentes, etc. Sin embargo, no hay que olvidar que el deporte une cuando la política deja de meter las narices donde no debe. Porque lo mejor de las naciones es saberse levantar y superar cada episodio negro de su historia. Y como ya se ha demostrado en estos Mundiales de Fútbol, es ahí donde las naciones sí que tienen en el deporte a su mayor aliado.
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