16 Dic El arroyito redondo renace de la mano de un talentazo como Igor Paskual
Muy buenas y bienvenidos tanto los que ya conocéis de qué va esta bitácora como los que sois nuevos. Si erais asiduos a la desaparecida Comunidad de As, la cual se cerró en diciembre de 2014, os acordaréis de una tal Isa284 que tenía un blog titulado El arroyito redondo, donde hablaba mucho del Real Madrid y paradójicamente, tenía muchos lectores culés. Pues bien, esa soy yo. Resulta que desde que se cerró La Comunidad de As, supe que El arroyito redondo no tendría por qué finalizar su etapa ahí y que debía continuar por algún lado, aunque no sabía ni dónde ni cómo. Tiempo después, cuando decidí crear la web de Córner-Rítmica, encontré la solución. Sin embargo, seguía sin saber de qué manera retomarlo. Vamos, ¿ahora qué escribo aquí? Bien, pues dos años y dos días después del cierre definitivo en As, El arroyito redondo renace de sus cenizas. Ha sido por error, pero benditos errores.
Encuentro con Igor Paskual
No sé si alguna vez se os ha metido en la cabeza algo que, por muy imposible que parezca, sabéis que lo tenéis que conseguir sí o sí. Igor Paskual ha sido una de mis cabezonerías. Como músico, lo conozco desde Babylon Chàt, grupo cuya imagen me inspiró para escribir un libro en 2002 que lo dejé y retomé después en 2015. Ya entonces, solamente me acordaba del nombre del grupo, pero ni idea de cómo se llamaban sus componentes. Suerte que Internet ya era una herramienta habitual en nuestras vidas y así pude investigar al respecto. Entonces, descubrí que la banda llevaba muchos años disuelta, que su vocalista combina su trabajo de guitarrista en Loquillo y cantante en solitario, que es un tío súper culto e inteligente y que además, es escritor. No sé, pero me gustaba tanto escucharlo hablar que se me metió en la cabeza que tarde o temprano tendría que entrevistarlo. Y aprovechando que en Córner-Rítmica hay una sección de literatura deportiva y que Igor Paskual en sus dos libros, El arte de mentir (2012) y Rugidos de gato (2014) menciona a distintos deportistas y disciplinas, encontré la excusa perfecta.
Alrededor del estadio sin estadio ni partido
Teniendo en cuenta que en mi otro blog de esta página web, Alrededor del estadio, voy a estar un tiempo parada porque esta semana me voy a mi pueblo, ¿por qué no hacer algo parecido sobre otras anécdotas que ocurran alrededor de esta página web en El arroyito redondo? En realidad, os adelanto que decidí escribir este artículo ya que Igor Paskual me ha contado cosas tan extensas e interesantes que esa publicación necesita mucho más tiempo del que dispongo ahora mismo (hemos tenido la entrevista en jueves y CR actualiza los viernes) para que se vea reflejada la calidad de este hombre. Sin embargo, me veo en deuda con aquellos que pasaréis a la historia por ser los primeros lectores de esta web y no quiero dejaros un viernes sin novedades, por tanto, esta entrevista tan especial saldrá a la luz o bien el martes o bien el próximo viernes.
En fin, he de reconocer que para la ilusión que me hacía este encuentro, estaba bastante tranquila. Me monté con hora suficiente en el metro y todo iba bien hasta que me paré en Alonso Martínez y descubrí que el lugar de la citación estaba más lejos de la boca del metro de lo que me esperaba. Ahí empezaron los nervios. Siempre llego tarde y esta vez no quería repetir más de lo mismo. No lo hice: llegué justo a tiempo. Aún así, tanto el botones del hotel como Igor notaron a la legua que había llegado sin aliento.
Nos fuimos a la cafetería y me puse a comentarle cosillas de esta página en mi tono estándar, o sea, a grandes decibelios (qué bien me vendo: llego tarde a todos los sitios, soy muy escandalosa hablando…). Igor me pide que baje el volumen y yo le hago caso, pero le confieso que no estoy pegando voces, sino que mi timbre normal es así de alto. Él se pide una cerveza y yo, un colacao. Se extraña de que pida un colacao y aunque yo no digo nada, me hace mucha gracia. No es la primera vez que me pasa. Tampoco es la primera vez que alguien ve mi letra y piensa que es de parvulitos (no me lo dijo, pero sé que lo pensó). Vamos, por poner un ejemplo, Jorge, el autor del maravilloso logo de Córner-Rítmica, me suele decir que no me pega ser escritora y tener una letra tan infantil.
Comenzamos la entrevista y todo lo que salía por boca de Igor era fascinante. Y es que una persona no tiene por qué aferrarse a una sola etiqueta y el deporte, el arte y el rock tienen muchas más cosas en común de lo que a priori parece, las futbolistas hacen fútbol durante 90 minutos mientras que sus homónimos varones dedican menos tiempo a ello, las carreras largas de los artistas son comparables a las de fondo, ni que decir tiene lo que se sufre en el estadio a la hora de ver los partidos, el fútbol es un lugar para la epopeya y otras cositas que me ha pedido que no comente por el momento y lo que diga Igor va a misa. Lo que más me ha sorprendido y he admirado es que su compromiso con una sociedad igualitaria y sin prejuicios no es solo de boquilla, sino que también lo aplica en su casa como padre por muy adversas que vengan las circunstancias. Y es que la teoría de que a las nuevas generaciones hay que enseñarles que cada uno es libre de ser uno mismo y de expresarse tal y como es por muy distinto que sea a los demás y a pesar de lo mal vistas socialmente que ciertas cosas puedan estar sea muy bonita, no es todo el mundo capaz de poner esto en práctica con sus propios hijos (esto no son palabras de Igor, son mías). Me quito el sombrero.
Igor Paskual y Córner-Rítmica
Para ser sincera, cuando creé esta web lo hice con la intención de hacer lo que más me gusta en el mundo, o sea, periodismo deportivo y además, intentar hacer una mezcla coherente entre mis dos pasiones: el fútbol y la gimnasia rítmica. Dos mundos muy distintos para mezclarlos y hacer que tengan un público objetivo, ¿verdad? Por otro lado, en mi empeño de contar con cerebros como Dios manda, he tenido la suerte de poder entrevistar a Igor Paskual: donostiarra y asturiano, de la Real Sociedad y del Sporting de Gijón, roquero y escritor, ex vocalista de Babylon Chàt que se pintaba como una puerta y ligaba con todas, guitarrista de Loquillo y cantante en solitario y que domina el arte de mentir a base de sinceridad. ¿Por qué quedarse con una sola cosa? Yo mientras tanto me conformo con que en un futuro próximo, algún lector de esta página o de mis libros se quede la mitad de admirado de lo que yo me quedo siempre con lo que hace este hombre. No sé si estoy pidiendo la luna.
Crónica de la presentación de 'Pasos de baile' con Vero Boquete - Córner-Rítmica
Posted at 12:07h, 21 mayo[…] hablo más de él en mi Instagram que de mí (por cierto, seguidme. Soy @isa.284), o sea, Igor Paskual. Para quien no lo conozca, diré que este hombre se puede tirar hablando las 24 horas del día y […]