18 Nov Andrés Iniesta y la depresión
Isabel Arroyo Sauces
Tradicionalmente, la depresión ha sido siempre una enfermedad tabú. La verdad es que no entiendo por qué. Hay gente que hasta se ríe de tener que ir al psiquiatra, lo he visto yo en primera persona. También hay quien lo arregla con una sola frase: «Eso es psicológico». Pues bien, ahí está el problema: lo psicológico siempre es más complicado tratarlo que lo físico.
Siempre será más difícil tratar una enfermedad mental que una enfermedad física
Quizá la culpa de este tabú la tengan los tópicos. Y es que son muchos los casos de asesinos que piden una reducción de condena alegando problemas mentales. Pues sí que hay que estar mal de la cabeza para cometer un crimen, pero eso es una cosa y otra muy distinta es que toda la gente que tenga un trastorno mental vaya por la vida con la escopeta bajo el brazo. De hecho, el que más y el que menos supo durante el confinamiento lo que es caer en depresión o en ansiedad y, que yo sepa, no han volado las casas.
No tener ganas de vivir es sinónimo de tener ganas de morir
Las enfermedades mentales no son mortales, a excepción de los trastornos de la conducta alimentaria, que sí pueden llegar a serlo por desnutrición. Sin embargo, uno de los peligros más importantes de estas enfermedades es la idea constante de suicidio, tema aún mucho más tabú que la depresión. Porque no hay que esperar a que ocurra lo peor para actuar.
Iniesta y la depresión
Las comparaciones son odiosas y en este mundo falta empatía. Es por eso por lo que la gente de alrededor, cuando quiere consolar a alguien deprimido, suele decir: «No tienes derecho a quejarte. Otras personas tienen menos que tú«. Eso me lo pueden decir a mí, que no tengo un duro, y me sienta mal. Me imagino el caso de Iniesta: tiene millones para vivir tranquilo hasta que se muera, lo ha ganado todo en el fútbol tanto a nivel de clubes como a nivel de selecciones, es el hombre más querido de España, hasta la afición madridista se quita el sombrero ante él… ¿Qué más quiere? Pues como bien dice el manchego, eso no tiene nada que ver. Nadie está a salvo.
A la depresión le da igual que te llames Periquillo el de los Palotes o que te llames Andrés Iniesta
Aquellos que fueron jóvenes en los 80 reconocen el pecado de haber caído en las drogas. Para ellos, la democracia era algo nuevo y se vieron de la noche a la mañana con tanta libertad que no sabían qué hacer con ella. Andrés Iniesta cayó en depresión después de haberlo ganado todo con el Barça. Sí, triunfó tanto que no supo cómo gestionarlo. Su caso no es único: a Paula Badosa le ocurrió igual.
Además, tener éxito en una faceta no te libra de tener otros problemas. Para el recuerdo queda el gol de Iniesta a Países Bajos que marcó en la final de Sudáfrica 2010, haciendo a España campeona del Mundo. El de Fuentealbilla sabe que celebrar un gol quitándote la camiseta te cuesta una amarilla, pero le dio igual: ese gol estaba dedicado a Dani Jarque y quería que todo el mundo se enterase.
Con el reglamento en la mano, a Iniesta le costó una amarilla el homenaje que le hizo a Dani Jarque
Barcelona y Espanyol son eternos rivales, pero eso no impidió que el ídolo culé y el capitán perico fuesen íntimos amigos. Como sabéis, Dani Jarque sufrió un infarto en un hotel mientras preparaba la pretemporada con el Espanyol en 2009 y perdió la vida a los 26 años. Sí, hay mucha gente que tiene muchísimo menos dinero que Andrés Iniesta, pero a lo mejor ellos tienen el privilegio de disfrutar a sus mejores amigos todos los días mientras que al centrocampista manchego, ni todo el dinero ni el palmarés del mundo le van a devolver al suyo. Nadie está a salvo de una desgracia, pero afortunadamente, Iniesta dice haber superado la depresión. Y me juego la cabeza que, desde arriba, Dani Jarque estará orgulloso de él.
No hay comentarios